La brecha entre Ron y Hermione sólo se ha hecho más profunda debido a la aparente muerte de Scabbers, al parecer por causa de Crookshanks, y al contrario que el tema de la Saeta de Fuego, las causas de esta discusión no van a ser tan fáciles de resolver.
Ron y Hermione tienen cada uno su parte de razón: mayormente Ron está en lo cierto al señalar que Hermione no ha hecho el menor esfuerzo por entrenar o castigar a su gato cuando ha intentado atacar a Scabbers (algo que ha hecho repetidamente y de forma clara), que las pruebas parecen apuntar a que Crookshanks se ha comido a la rata (no es cierto, pero las pruebas son sólidas) y que ella no parece lamentar en lo más mínimo la aparente muerte de su mascota.
Por su parte, Hermione no se equivoca al señalar que las pruebas no son concluyentes, y que está demasiado ocupada como para estar pendiente todo el rato de lo que hace su gato (aunque sabiendo lo que se le venía encima este curso, fue una irresponsabilidad comprarse una mascota). Está bajo mucho estrés ahora mismo y eso le está haciendo mucho daño, va a acabar explotándole en la cara. Si bien creo que Ron tiene razón, él y Harry deberían ser más comprensivos con Hermione. Todo llegará.
Mientras tanto, Harry se prepara para el esperado partido contra Ravenclaw, en el que se juegan poder optar a la Copa de Quidditch. La presencia de la Saeta de Fuego trae ánimos al equipo y a la afición y desde luego le da gran ventaja a Gryffindor durante el partido, aunque al final es la habilidad de Harry la que le permite obtener la snitch y ganar el partido, y eso que estaba distraído por sus inexplicables sensaciones hacia Cho Chang (ya me entendéis).
Tras la victoria del partido todo es alegría y alboroto (excepto por Hermione, tristemente), y por supuesto tenía que estropearse; esa misma noche Sirius entra en el dormitorio de los chicos gracias a las contraseñas que Neville escribió y que Crookshanks robó, y trata de matar a Peter mientras todos duermen, pero despierta a Ron, que evidentemente se lleva un susto de muerte, y Sirius tiene que huir.
Las consecuencias de este ataque van a ser severas para Harry y Ron, como veremos en el próximo capítulo, y Neville tampoco va a salir impune de esta, lamentablemente. Si bien las intenciones de Sirius son buenas (o al menos comprensibles), sus actos no están haciendo mucho favor a aquellos a los que quiere proteger. Veremos qué pasa.
Esta semana entramos en marzo, así que toca texto de Pottermore. Esta vez voy a hacer dos cortitos, uno sobre la Saeta de Fuego y otro sobre la relación entre los dementores y el chocolate. ¡Nos vemos!
Observaciones y curiosidades:
- Cuando Ron recuerda la vez que Scabbers mordió a Goyle en el dedo, en el original dice que lo hizo por ellos. Casi es mejor no saber lo que estaría pensando Peter cuando hizo eso.
- En el original, Percy llama a su novia Penny (aunque se refiere a ella como Penélope cuando habla con otros).
- Lo que le responde Harry a Malfoy cuando se burla de él en el original es que es una pena que no se pueda acoplar un tercer brazo que le atrape la snitch por él.
- Las normas del quidditch permiten llevar la varita durante los partidos (la norma se instauró debido a la constante amenaza de ser descubiertos por los muggles en siglos pasados, y se ha mantenido), pero está prohibido usar conjuros contra los otros jugadores, el árbitro o el público, a menos que sea en defensa propia.
- El hecho de que a Harry le salga mejor el patronus en el partido que en las prácticas se debe a que no había dementores cerca, con lo cual es más sencillo conseguir una forma corpórea. Cuando les enseña el conjuro a sus compañeros del Ejército de Dumbledore Harry les explica esto. No está muy claro si tenía forma de ciervo cuando lo usa aquí, pero el director afirmó después que tenía una forma inusual.
- El sueño de Harry al final del capítulo resulta interesante; como he dicho antes, puede que haya sido la primera vez que haya usado su patronus con forma de ciervo y el sueño parece reflejar eso, pero la situación es muy similar a lo que ocurrirá con la cierva plateada (el patronus de Snape) en Las Reliquias de la Muerte.
- En el original, McGonagall no pregunta quién ha sido tan tonto de escribir las contraseñas y perderlas, sino quién ha sido tan tonto de escribirlas y dejarlas por ahí. Es un poco más ajustado a la realidad.
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