¿Qué es esto?

Soy un fan español de Harry Potter que quiere hacer un análisis completo de toda la saga del chico de la cicatriz, intentando destacar temas recurrentes, elementos que reaparecerán más adelante o que han aparecido después y cambios producidos en la traducción española de la saga (que no son pocos), además de curiosidades varias, para así algún día llegar a una perspectiva total de todo el universo Potter.

Cada lunes o martes habrá un post nuevo de cada capítulo de la saga analizándolo al detalle, y cuando acabe uno de los libros se hará un análisis de la película correspondiente, también habrá reseñas de la saga de Animales Fantásticos cuando vayan saliendo, así como del libro de El Legado Maldito al terminar la saga.

Asimismo, la primera semana de cada mes postearé una traducción personal de alguno de los textos que Rowling publicó en Pottermore y que ahora han quedado tristemente inaccesibles para los fans que no sepan inglés con la nueva versión. además de algunas aclaraciones sobre juegos de palabras, localizaciones, etc., y curiosidades que a lo mejor no sabíais.

Huelga decir que habrá spoilers a mansalva; si queda alguien en este planeta que no sepa las sorpresas típicos de la serie y no quiera saberlas que no se meta aquí. Queda avisado.

Cualquier comentario o sugerencia es bienvenido; ¡dejad vuestras impresiones tras leer!

lunes, 25 de febrero de 2019

Capítulo 23: La mansión Malfoy

En el capítulo 24 de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte, todos tratan de sobrevivir y escapar, pero no lo harán todos con vida.

Un descuido. Es todo lo que hace falta para que la larga marcha de Harry, Ron y Hermione por todo el país termine y todo empiece a girar, para bien y para mal. Un solo nombre puso a Harry en el camino a cumplir su misión, pero a muchos otros les puso en el camino a su final.

Atrapados por Greyback y su banda de carroñeros, los chicos intentan ocultar su identidad, pero son descubiertos y llevados a la mansión de los Malfoy para cobrar la recompensa por el Indeseable nº 1. A ellos se unen Dean y Griphook, capturados previamente.

Parece que hay alguna esperanza cuando Draco se niega a reconocerles; no cabe duda de que sabe que son ellos, pero algo en él le impide delatarles. ¿Es moralidad, respeto hacia Harry, miedo a que Voldemort se presente allí, un vago intento de liberar a las personas que quizá puedan librarle de su opresor? Quién sabe. El verdadero problema (o tal vez, visto lo que pasa a continuación, la mejor oportunidad posible) viene cuando Bellatrix ve la espada de Gryffindor.

La espada no debería estar allí, sino en su cámara de Gringotts; si la tienen los chicos, es que han entrado en su cámara, y si han entrado en su cámara han podido robar también el preciado objeto que Voldemort le confió para su custodia, la copa de Hufflepuff. Es curioso que Bellatrix, con todas sus dudas hacia Snape, no se plantee la otra posibilidad, que le diera a ella una espada falsa. Afortunadamente, Bellatrix no llamará a Voldemort hasta asegurarse de que su horrocrux sigue en su sitio, pero empieza a torturar a Hermione para saber de dónde han sacado la espada. Maldita bruja.

Una vez más, la estrategia del miedo le falla a Voldemort: sus esbirros están tan asustados de lo que pueda hacerles si se enfurece que le ocultan información que podría serle útil, sólo porque es negativa. Si hubiera acudido desde el principio todo habría terminado para los héroes. 

La mente de Harry es un torbellino ahora mismo: los pensamientos de Voldemort, que tanto había anhelado vislumbrar, se cuelan en su mente justo ahora que menos los necesita, pues al villano le embarga la emoción por descubrir al fin el paradero de la Varita de Sáuco de boca de Grindelwald. Lamentablemente para él, su predecesor no va a revelarle nada, ya que no quiere que Voldemort se haga con la varita, desde luego no profanando la tumba de Dumbledore. ¿Se habrá arrepentido tras su largo encierro? ¿Aún siente algo por Albus?

En cualquier caso, la interferencia de Voldemort en su mente, junto con los efectos del conjuro punzante, hacen que Harry no pueda pensar con claridad, pero aun así hace un esfuerzo supremo por concentrarse y planear algo, al contrario que Ron, que está desesperado por salvar a Hermione pero que es incapaz de hacerlo por mucho que grite. Afortunadamente, llega la ayuda, en la forma del pobre Dobby.

Quién sabe cómo se sintió Dobby al saber que Harry estaba preso en la mansión de sus antiguos amos. Está claro que le aterra la idea de enfrentarse a ellos, pero no duda apenas en la tarea autoimpuesta de salvarle a él y a sus amigos. Desde que Harry pide ayuda hasta que Dobby aparece no pasa apenas tiempo. Cuánto coraje.

Gracias a él todos pueden escapar, pero Harry y Ron se quedan para rescatar a Hermione y a Griphook. Tienen otro golpe de suerte en que es Colagusano quien entra en su celda, y su deuda de vida entra en juego en el momento más crítico, por fortuna para Harry y por desgracia para el traidor. Esa mano de plata tenía un precio, y se lo ha cobrado.

Lo que sigue es una caótica escena en la que las varitas van y vienen, con gran importancia para el futuro, y ambos bandos parecen tener ventaja en un momento dado. Harry y Ron luchan con ferocidad, pero Bellatrix es despiadada y termina cogiendo de rehén a Hermione antes de que Dobby aparezca de nuevo.

El último acto de Dobby, desafiar a sus antiguos amos para salvar a alguien por quien profesa una lealtad verdadera, sincera y merecida, fue el culmen de la historia de Dobby, de un elfo que, sin perder la gran humildad y simpatía que le caracterizaba, desafió a sus amos y a toda su raza por conseguir algo tan simple y tan difícil de encontrar como es la libertad de ser quien quería ser. Pocos hay tan valerosos y tan desprendidos, y a la vez tan sencillos y buenos.

Descansa en paz, pequeño amigo.

Observaciones y curiosidades:
  • En el original, las frases de Ron al principio se entienden mal porque tiene la boca llena de sangre.
  • El ojo que Harry vio en el trozo de espejo era el de Aberforth. 
  • Al quitarle las varitas que llevaba a Draco, que tenía en ese momento la posesión legítima de la Varita de Sáuco, Harry se convierte en su nuevo amo, junto con el de la propia varita de Draco.

lunes, 18 de febrero de 2019

Capítulo 22: Las Reliquias de la Muerte

En el capítulo 22 de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte, Harry encuentra una nueva obsesión, que marca un antes y un después en esta aventura.

De vuelta al bosque, gracias al pensamiento rápido de Hermione (se ha hecho muy buena en ese campo), los chicos prosiguen su discusión sobre las Reliquias. Hermione se mantiene firme en su postura de que no existen por cabezonería y por miedo, Ron se mantiene abierto pero dudoso, y Harry, que ya empezaba a tenerlo claro, adopta la postura del firme creyente.

Es casi una deconstrucción del típico momento de la saga en el que todo empieza a encajar; una comparación más clara es cuando Harry se da cuenta de que el monstruo de la Cámara de los Secretos es un basilisco, y a partir de ahí empieza a conectarlo todo. Aquí, el conocimiento de las Reliquias, junto con la suposición de que Dumbledore quería que supieran de ellas, le lleva a conectar todo lo que han averiguado hasta ahora para averiguar su paradero.

Y tiene razón: Dumbledore dejó el símbolo sobre la fábula, a juzgar por su firma en la carta a Grindelwald sabía de la existencia de las Reliquias, y efectivamente tenía consigo la Capa de Invisibilidad cuando James y Lily murieron, aunque no la necesitara. Su instinto de que el anillo de Sorvolo es la Piedra de la Resurrección y de que está oculta dentro de la snitch, aunque correcto, viene más bien de la nada.

También tiene sentido que Voldemort esté buscando la Varita de Sáuco, aunque no sepa que es una Reliquia, pues siempre ha existido la leyenda de la varita más poderosa. Incapaz de atacar a Harry con su varita o con la de otro, el señor oscuro ha decidido ir a lo seguro y conseguir la varita más poderosa que existe, pues es la mejor forma de saber que puede matarle. Que buscara a Gregorovitch, y que Grindelwald le robara al artesano, llevan a esa dirección.

El problema es que ni Ron ni Hermione están de acuerdo. El lector estará inclinado a coincidir con Harry (todo parece encajar de maravilla), y quien esté releyendo sabe que tiene razón, pero sus amigos no lo piensan, y es normal que lo hagan, porque da unos saltos bastante poco lógicos en sus deducciones, y al final acaba bastante obsesionado en las Reliquias, a costa de olvidarse de los horrocruxes.

Pero ¿alguien puede culparle? Desde el principio no han tenido demasiadas posibilidades de vencer, pues incluso si consiguen destruir todos los horrocruxes Voldemort no va a ser fácil de vencer para nada, y tener la opción de conseguir algo para tener ventaja es alentador, especialmente cuando hace mucho que no saben nada de ningún horrocrux nuevo.

Dicho esto, es verdad que se obsesiona demasiado, y pasa los días ansioso por saber qué hace Voldemort sin éxito, mientras sus amigos toman el mando en la búsqueda de los horrocruxes. Es una suerte que Ron esté de vuelta, porque su buen humor y su lógica simple pero directa son muy valiosos en este momento.

Los tres vuelven a ser un grupo cuando Ron consigue sintonizar al fin con Pottervigilancia, y escuchar voces conocidas y saber que tienen el apoyo de sus amigos les levanta la moral. Es especialmente bonito oír a Lupin hablar tan bien de Harry y de sus instintos; está claro que ha seguido su consejo y se ha dado cuenta de que su ex alumno estaba en lo cierto. Pensar que Lupin le ha perdonado por lo que le dijo también llena a Harry de alegría.

Lamentablemente, la emoción de saber que Voldemort está en el extranjero, sin duda buscando la Varita de Sáuco, lleva a Harry a decir su nombre, rompiendo los encantamientos protectores y dejándolos a merced de un ataque.

Las cosas no volverán a ser igual.

Observaciones y curiosidades:
  • En el caso de Ignotus Peverell, la familia perdió el apellido cuando una de sus descendientes se casó con un Potter, y llevó la capa a su familia. 
  • Los apodos de Lee, Kingsley y Fred son River, Royal y Rodent/Rapier, las traducciones directas de los apodos que tienen en el original. 
  • En el original, Kingsley dice que hay un paso de dar prioridad a los magos, a dar prioridad a los sangre limpia, y a ser un mortífago, no a dar prioridad a los mortífagos como dice en la traducción.

lunes, 11 de febrero de 2019

Capítulo 21: La fábula de los tres hermanos

En el capítulo 21 de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte, Harry escucha la fábula de los tres hermanos, que lleva a los héroes a contemplar una nueva dimensión de magia, pero para ello tendrán que desafiar sus pretensiones.

Ha llegado el momento de saber qué son las Reliquias de la Muerte que dan nombre al libro, y para ello Xenophilius hace a los chicos leer la fábula escrita por Beedle el Bardo, una forma perfecta de hacer tiempo hasta que lleguen los mortífagos.

Hasta qué punto se conecta la fábula (que sigue temas muy conocidos en las fábulas de hermanos) con la realidad de la creación de aquellos objetos tan maravillosos es muy debatible. La cuestión es que traza un marco sencillo de entender para dar una dimensión tangible a unos objetos que, por su mera descripción, parecen imposibles incluso en el mundo mágico.

Si hay algo tangible, es la capa de invisibilidad (irónicamente, dados sus efectos); tanto nosotros como los protagonistas estamos acostumbrados a sus infalibles efectos, y hemos dado por hecho que todas eran así, al igual que Harry; recuerdo que cuando leí la descripción del demiguise en Animales fantásticos me extrañó que contara que las capas de invisibilidad no son permanentes, porque la de Harry parecía serlo. Aquí parece estar la respuesta: es una de las Reliquias.

La existencia de la capa permite que el trío se abra a la posibilidad de que existan las otras Reliquias; al menos para Harry y Ron, porque Hermione se mantiene firme en la imposibilidad, sobre todo, de la Piedra de la Resurrección, que viola una de las leyes fundamentales de la magia. En cuanto a la varita, la idea de que pueda existir una sola varita más poderosa por sí misma que cualquier otra le resulta absurda, pues el poder de la varita depende de quien la utiliza.

Aunque Hermione no se equivoca en sus suposiciones, tampoco es abierta de mente; está claro que Dumbledore quería que investigaran las Reliquias, y hasta cierto punto es probable que existan de una determinada manera. Sin embargo, como ya ha sucedido antes, Hermione se obceca en lo que sabe que es posible y no puede mirar más allá.

Es muy interesante la parte en la que Hermione asume cuál es el mejor objeto y cada uno de los tres escoge uno distinto. Puede parecer que eso los hace muy diferentes, o unos mejores que otros, pero al igual que las tres Reliquias juntas hacen de su portador el conquistador de la muerte, tres personas tan diferentes pueden trabajar juntas para lograr cosas enormes. Todos tienen algo que aportar.

Mientras discuten, Harry encuentra la habitación de Luna, y descubre cómo de importante es él y los demás para ella. Para alguien como Luna, que nunca ha tenido amigos por su forma de ser, encontrar gente que la valorara por quien es tuvo que ser algo muy fuerte. Aunque no lo demuestre con sus acciones, Luna siente una gran soledad, y agradece con mucha fuerza tener a gente que la apoya y la quiere. Es algo con lo que me puedo identificar.

Sin embargo, Harry se da cuenta de que nadie ha pisado la habitación en un tiempo y, por tanto, Xenophilius les ha estado mintiendo. Cuando se enfrentan a él con la verdad, el pobre hombre les revela qué pasa: los mortífagos secuestraron a Luna en respuesta a sus artículos en El Quisquilloso, y está dispuesto a lo que sea para recuperarla. A lo que sea.

Y aunque Harry puede comprenderle, no se va a dejar capturar. Por suerte, Hermione, que no parecía estar en su mejor momento, traza al instante un brillante plan para escapar y evitar que Xenophilius lo pase demasiado mal. Bendita sea.

La discusión sobre las Reliquias aún no ha terminado.

Observaciones y curiosidades:
  • Harry nota el apellido Peverell del recuerdo que visitó con Dumbledore, en la casa de los Gaunt. Se acordará de dónde lo oyó en el siguiente capítulo. 
  • En el original, Ron no dice que parezca que la capa es el mejor regalo, sino que según la historia se supone que la mejor idea es escoger la capa.

miércoles, 6 de febrero de 2019

La espada de Gryffindor

Ahora que la espada de Gryffindor está en posesión de nuestros héroes, es bueno que sepamos su origen; vamos a ver:

"La espada de Gryffindor fue creada hace un milenio por duendes, los forjadores más hábiles del mundo mágico, y por tanto está encantada. Hecha de plata pura, está grabada con rubíes, la gema que representa a Gryffindor en los relojes de arena que cuentan los puntos de las casas en Hogwarts. El nombre de Godric Gryffindor está grabado justo al terminar la empuñadura.

La espada fue forjada según las especificaciones de Godric Gryffindor por Ragnuk el Primero, el mejor de los duendes forjadores, y por tanto rey (en la cultura de los duendes, el rey no trabaja menos que el resto, sino con mayor habilidad). Cuando estuvo terminada, Ragnuk la deseaba tanto que pretendió que Gryffindor se la había robado, y envió esbirros a recuperarla. Gryffindor se defendió con su varita, pero no mató a sus atacantes. En su lugar los envió embrujados de vuelta con su rey, para que le entregaran la amenaza de que si intentaba volver a robar a Gryffindor, este desataría la espada contra él.

El rey duende se tomó la amenaza en serio y dejó que Gryffindor tuviera su propiedad legítima. pero permaneció resentido hasta su muerte. Esta fue la fundación de la falsa leyenda del robo de Gryffindor que persiste hasta hoy en algunas secciones de la comunidad de duendes.

La pregunta de por qué necesitaría un mago una espada, aunque se hace a menudo, se responde fácilmente. En los tiempos previos al Estatuto Internacional del Secreto, cuando los magos se mezclaban libremente con los muggles, usaban espadas para defenderse tan a menudo como sus varitas. De hecho, se consideraba poco deportivo usar una varita contra una espada muggle (lo que no significa que nunca se hiciera). Muchos magos hábiles también eran buenos duelistas en el sentido convencional, entre ellos Gryffindor.

En el folclore ha habido muchas espadas encantadas. La Espada de Nuadu, parte de los cuatro tesoros legendarios de Tuatha Dé Danann, era invencible cuando se desenvainaba*1*. La espada de Gryffindor debe algo a la leyenda de Excalibur, la espada del rey Arturo, que en algunas leyendas debe ser extraída de una roca por el legítimo rey. La idea de la valía para portar la espada se refleja en el retorno de la espada de Gryffindor a miembros dignos de la casa de su verdadero propietario."

Pensamientos de J. K. Rowling

"Hay una alusión mayor a Excalibur emergiendo del lago cuando Harry debe bucear en una laguna congelada del bosque para recuperar la espada en Las Reliquias de la Muerte (aunque la localización de la espada fue en realidad por un impulso rencoroso de Snape de dejarla allí), porque en otras versiones de la leyenda, Excalibur fue entregada a Arturo por la Dama del Lago, y fue devuelta al lago a su muerte.

En el mundo mágico, la posesión física no es necesariamente una garantía de propiedad. Este concepto se aplica a las tres Reliquias de la Muerte, y también a la espada de Gryffindor.

Estoy interesada en lo que pasa cuando colisionan creencias culturales. En los libros de Harry Potter, los más militantes de la raza duende consideran que todos los objetos fabricados por duendes son suyos por derecho, aunque se puede hacer un objeto en particular para un mago hasta su muerte por un pago en oro. Las brujas y magos, como los muggles, creen que una vez hecho el pago el objeto les pertenece a ellos y a sus descendientes o herederos a perpetuidad. Este es un choque de valores sin solución, porque cada lado tiene un concepto distinto de lo que está bien. Por tanto presenta a Harry un dilema moral complicado cuando Griphook exige la espada como pago a sus servicios en Las Reliquias de la Muerte.

*1* Esta leyenda pertenece al folclore irlandés.

lunes, 4 de febrero de 2019

Capítulo 20: Xenophilius Lovegood

En el capítulo 20 de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte, Hermione propone seguir la pista del misterioso símbolo triangular, lo que les lleva a ver al padre de su amiga Luna.

Ron está de vuelta, y con él ha venido un cambio en el ambiente del grupo. Por más que Hermione esté de morros, todo parece mucho más agradable. La perspectiva de que alguien les está ayudando desde las sombras, y de haber podido avanzar en su misión, llena a Harry y a Ron de alegría y esperanza.

Tengo que decir que me gusta que Ron tenga la decencia de estar callado y sumiso mientras Hermione calma su ira, al menos en su presencia; además, que le esté dando la razón en todo momento ayuda a que no siga teniendo razones para estar enfadada, con lo que todo irá volviendo a la normalidad poco a poco.

Por suerte, Hermione está distraída con el símbolo de las Reliquias de la Muerte, que ha estado apareciendo constantemente, y hasta se puede ver en el libro que Dumbledore le legó. El director lo tenía todo planeado, desde luego, pero es verdad que el símbolo ha estado apareciendo mucho, y en lugares en los que Dumbledore no podría influir, como en la carta que le mandó a Grindelwald de joven o en el colgante de Xenophilius.

Especialmente, Dumbledore tiene que agradecer a Xenophilius su interés por las Reliquias, porque de lo contrario puede que Hermione no hubiera averiguado qué era el símbolo, ya que su origen más esotérico está fuera de las fuentes habituales de Hermione. Por otro lado, el símbolo estaba sobre la Fábula de los Tres Hermanos, así que hubiera sido interesante ver si hubiese sido capaz de deducir la existencia de las Reliquias a partir de ahí de alguna forma, saliendo de su zona de confort para ello.

Harry está preocupado de salir a la civilización después de lo ocurrido en el Valle de Godric, pero Ron y Hermione le aseguran que no hay nada que temer, al fin y al cabo Xenophilius está de su parte, ¿verdad? Así pues, el trío se marcha a las cercanías de la Madriguera, y después de una breve escena bastante triste podemos ver la casa de Luna.

Aunque el jardín es tan loco como cabría esperar, el interior de la casa es bastante menos interesante. Es una especie de mezcla de taller y laboratorio, con poco interés por el orden o la limpieza. Aunque tiene su lógica sabiendo lo que sabemos de Xenophilius, el ambiente está muy enrarecido, y no tardaremos en averiguar por qué.

Pero primero toca saber qué son las Reliquias de la Muerte, una información que lo pondrá todo patas arriba.

Esta semana toca texto de Pottermore, lo publicaré en los próximos días. ¡No os lo perdáis!

Observaciones y curiosidades:
  • El Refugio, la casa de Bill y Fleur, se llama en el original Shell Cottage, que significa "cabaña de concha".
  • En el original, Ron se refiere a la casa de los Lovegood como una rook, que significa "torre de ajedrez", igual que en la traducción, pero Hermione cree que se refiere a un grajo, que también se dice rook en inglés, y Ron tiene que especificar. En la traducción sólo se mantiene la mirada ceñuda que le dirige Hermione a la casa, sin decir por qué.
  • Que Harry compare el salón de Xenophilius con la Sala de los Menesteres donde se ocultan las cosas, y que en él haya una imitación de la diadema de Ravenclaw, es de lo más interesante.
  • En su salida a "avisar a Luna", en realidad Xenophilius envió un mensaje a los mortífagos, alertándoles de que Harry estaba en su casa. La prensa que ha cubierto, supuestamente para tapar el ruido, es en realidad para impedir que lean la portada, que ahora va con la tónica anti Harry.