Debido al fiasco de la Saeta de Fuego Harry y Ron están bastante enfadados con Hermione; como de costumbre, Harry trata de mantenerse en una postura intermedia entre sus dos amigos (si bien se siente dolido), ya que mientras que Ron se niega a hablar con ella por considerar imperdonable lo que ha hecho y Hermione se niega a hablar con ellos por enfadarse de que ella haya hecho lo correcto, Harry reconoce que su amiga tenía buenas intenciones, pero le cuesta reconocerlo abiertamente y su enfado le puede a veces. Uno se pregunta si Ron y Hermione podrían sobrevivir mucho tiempo juntos sin Harry cerca para equilibrarlos.
Una vez reiniciadas las clases, Harry se apresura a hablar con Lupin para empezar las clases particulares de defensa contra los dementores, pues se acerca el partido contra Ravenclaw y hay mucha presión sobre él, más aún con la posibilidad de no poder usar la Saeta de Fuego en el partido. Por suerte, Lupin acepta y comienza a enseñarle uno de los conjuros más característicos de la saga: el encantamiento patronus.
El patronus representa la mejor forma de combatir a la depresión, el tema fundamental de este libro: recordar tus momentos más felices y usarlos como arma contra los embates de la oscuridad. No es cosa fácil, muchas veces tus recuerdos más infelices parecen ser los más poderosos, y, como en muchas otras cosas, no existe un método igual para todo el mundo; cada uno debe usar lo que ya tiene en su interior para luchar contra sus demonios.
Si ya es difícil para Harry mantener firmes sus (pocos) recuerdos felices frente a su miedo a los dementores, no le ayuda nada su deseo secreto de seguir escuchando las voces de sus padres antes de morir, cuyo recuerdo se hace más nítido con cada ataque. Es bastante morboso que la única forma de oír las voces de sus padres sea recordar los momentos antes de su muerte, pero al final es lo único medio tangible que le queda de ellos, y al enfrentar de cara la idea de que están muertos y que él tiene que seguir con su vida consigue dar un paso muy grande.
Después de un mes de prácticas, Harry ya ha conseguido mantener un patronus estable aunque informe, una gran proeza para su edad, si bien a él le gustaría conseguir más, pues aún le cuesta un montón mantenerlo. Tras una reveladora conversación con Lupin se topa con McGonagall, que ya ha terminado las comprobaciones en la Saeta de Fuego y ha determinado que todo está bien en ella, así que se la devuelve, y justo a tiempo, pues el partido contra Ravenclaw está a la vuelta de la esquina.
Todo va demasiado bien, así que por supuesto, cuando Harry y Ron (más el primero que el segundo) intentan una reconciliación con Hermione, resulta que aparentemente Crookshanks se ha zampado finalmente a Scabbers, y después de todas las advertencias de Ron sobre su gato Hermione lo tiene crudo esta vez para que la perdone.
Observaciones y curiosidades:
- Las salamandras mágicas, al contrario que las reales, habitan en el fuego y no duran demasiado tiempo fuera de él; en la Antigüedad se creía que las salamandras eran seres ignífugos y que su presencia podía incluso extinguir las llamas. Estas creencias se deben a que las salamandras gustan de hibernar en el tipo de troncos huecos que se usan para las chimeneas, y poseen unas secreciones que les permiten sobrevivir unos momentos en caso de que el tronco en el que están hibernando se prenda fuego, con el resultado de que los animalitos salían disparados de las chimeneas cuando se prendía el tronco en el que estaban durmiendo.
- La profesora Trelawney comete en este capítulo el error común de atribuir la longitud de la línea de la vida (aquella que hace una curva alrededor de la base del pulgar) a la esperanza de vida. En realidad, la línea de la vida da una idea general acerca de la vitalidad y calidad de vida del sujeto. No dice mucho de sus dotes como adivinadora.
- El conjuro expecto patrunum viene de las palabras latinas expecto, la forma de futuro del verbo "esperar", y patronus, que significa "guardián".
- Neville no perdió las contraseñas que tenía apuntadas, sino que Crookshanks se las cogió de la mesita de noche para dárselas a Sirius y que este pudiera entrar en la sala común de Gryffindor. Posiblemente el momento del robo fuera el mismo en el que Peter decidió hacerse el muerto otra vez y cuando Crookshanks dejó los pelos en el dormitorio.
- La contraseña "rompetechos" de la sala común es una invención de la traducción; en el original la contraseña es "oddsbodikins", que no significa nada.
- En el original, cuando Harry entra en la sala común con la Saeta de Fuego, se menciona que Hermione está haciendo todo lo posible por no mirar hacia él y Ron.
No hay comentarios:
Publicar un comentario