En el capítulo 22 de Harry Potter y el Cáliz de Fuego, el inminente Baile de Navidad fuerza a Harry y a Ron a darse cuenta de que las chicas existen antes de tener la madurez necesaria para afrontarlo, con bochornosos resultados.
Se acerca la Navidad, y durante el Torneo de los Tres Magos es costumbre que en Nochebuena se realice un baile para los profesores, los jueces y los alumnos de los colegios participantes.
Esto significa que tenemos la típica trama de baile de instituto vista en infinidad de series y películas: las chicas buscan lucir vestido y chico guapo, y los chicos quieren pareja para no quedar mal ante los demás, a ser posible guapa (el factor sexual no entra en juego, al menos para nuestros protagonistas, a los que les queda un poco para eso).
Es muy tópico, pero divertido. Al ponerle delante el tema de las chicas a chavales inmaduros que no quieren ni oír hablar del tema siempre te echas unas risas, aquí y en cualquier colegio muggle. En realidad Harry no tendría problemas en ir solo al baile, pero como representante del colegio está obligado a ir con pareja, así que no tiene más remedio que pedírselo a alguien, mientras que Ron sí que sigue los cánones típicos.
Aunque algunas chicas se lo piden, a Harry le gustaría ir con Cho, pero apenas ha hablado con ella y se conforma con quererla a distancia. Cuando al fin consigue reunir el valor para pedírselo, resulta que ya se ha comprometido con Cedric. ¡Ay, Harry! Aunque hasta este momento estaba bien con él, los celos le llevan a odiarle sin motivo, y no será la última vez que le pase. Nuestro héroe tiene también sus momentos egoístas.
Por su parte, Ron es más inmaduro, y, en mi opinión, bastante repelente. Sólo quiere ir con pareja porque todos tendrán una, y aún así tiene la cara de exigir que su pareja sea guapa. Da bastante asquito en este episodio.
Hermione ya tiene pareja, porque aunque le gustaría ir con Ron, sabe de sobra que él no lo va a apreciar, y cuando se lo pregunta es como último recurso. Francamente, aunque los dos estarán muy bien juntos en el futuro, a Ron le va a venir bien la cura de humildad que va a recibir, y no probablemente no les habría venido bien se pareja aquí.
Al final, lo único que hacía falta era hablar con alguna compañera de clase y preguntárselo, y aún así Harry se lo tiene que hacer a Ron.
El baile va a estar interesante.
Observaciones y curiosidades:
- Muchas veces los objetos o animales que los alumnos de Hogwarts aprenden a transformar guardan un parecido en aspecto, características o nombre, para facilitar las cosas; en este caso, las gallinas de Guinea y los conejillos de Indias comparten similitudes en el nombre inglés (guinea fowl y guinea pig, respectivamente).
- Hay un fallo de traducción en los deberes que manda McGonagall; deberían explicar las transformaciones entre especies, no en especies híbridas. Esto se debe a una mala traducción del término cross-species.
- Me extraña que el baile sea para alumnos de cuarto para arriba. Dado que en la lista de compras se requería la túnica de gala, está claro que estaba pensado así desde un principio, pero daba la impresión de que normalmente sería para alumnos de sexto y séptimo y que bajaron la edad por Harry.
- A Ginny le tuvo que sentar fatal perder la oportunidad de ir con Harry al baile. Dado cómo trató él a Parvati, probablemente fue lo mejor. Aunque Harry es un poco más maduro que Ron, aún le queda.
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