¿Qué es esto?

Soy un fan español de Harry Potter que quiere hacer un análisis completo de toda la saga del chico de la cicatriz, intentando destacar temas recurrentes, elementos que reaparecerán más adelante o que han aparecido después y cambios producidos en la traducción española de la saga (que no son pocos), además de curiosidades varias, para así algún día llegar a una perspectiva total de todo el universo Potter.

Cada lunes o martes habrá un post nuevo de cada capítulo de la saga analizándolo al detalle, y cuando acabe uno de los libros se hará un análisis de la película correspondiente, también habrá reseñas de la saga de Animales Fantásticos cuando vayan saliendo, así como del libro de El Legado Maldito al terminar la saga.

Asimismo, la primera semana de cada mes postearé una traducción personal de alguno de los textos que Rowling publicó en Pottermore y que ahora han quedado tristemente inaccesibles para los fans que no sepan inglés con la nueva versión. además de algunas aclaraciones sobre juegos de palabras, localizaciones, etc., y curiosidades que a lo mejor no sabíais.

Huelga decir que habrá spoilers a mansalva; si queda alguien en este planeta que no sepa las sorpresas típicos de la serie y no quiera saberlas que no se meta aquí. Queda avisado.

Cualquier comentario o sugerencia es bienvenido; ¡dejad vuestras impresiones tras leer!

lunes, 29 de abril de 2019

Capítulo 26: Gringotts

En el capítulo 26 de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte, Harry y su grupo ponen en marcha su plan para colarse en Gringotts, y todo sale horriblemente mal. Otra vez.

¿Por qué todos los planes salen mal? Uno puede argumentar que es imposible tener en cuenta todas las variables que puedan plantearse durante la acción, como encontrarse con Travers por casualidad, pero sí que hay cosas que nuestros héroes deberían haber supuesto. Como en toda buena película de robos, Harry, Ron, Hermione y Griphook tienen que adaptarse según se producen los acontecimientos, y eso a nuestro trío se le da bastante bien.

Aunque el plan parece inteligente a primera vista, hay varias lagunas claras. Bellatrix estaba paranoica ante la posibilidad de que hubiesen entrado en su cámara, así que lo más razonable habría sido suponer que en cuanto pudiera comprobase que el horrocrux sigue allí, y una vez confirmado, que aumentara la seguridad en caso de que los héroes dedujeran lo que han deducido.

Lo que probablemente no podían prever es que Voldemort diera aviso de que Bellatrix había perdido su varita, así que quien la presentara por fuerza debía ser un impostor. Harry sortea ese obstáculo usando la maldición imperius a sugerencia de Griphook, tanteando una línea peligrosa. Usar maldiciones imperdonables en circunstancias peligrosas puede estar justificado, pero abre una veda muy peliaguda.

Por supuesto, entrar en las bóvedas no garantiza seguridad, y queda claro que los empleados de fuera saben que algo no va bien. Esto se traduce en una cascada mágica que anula sus encantamientos y les deja en su estado normal, justo a tiempo para enfrentarse a un dragón que custodia la cámara.

La pobre criatura habrá estado quién sabe cuánto tiempo encerrada en aquel pasaje subterráneo, una tortura para una criatura voladora tan grande, y ha sido torturada físicamente para que responda a estímulos y así controlarlo. Un dragón no es una criatura dócil en absoluto, pero ver uno así da mucha lástima.

Tras evitar a la bestia llegan a la cámara de los Lestrange, que está defendida de una forma muy simple y muy horrible: todo lo que tocas se pone al rojo vivo y se multiplica. De esa forma, cada vez que tocas algo tienes menos espacio y más posibilidades de tocar algo más, hasta que acabas enterrado en tesoros candentes. Son momentos muy horribles y no quiero ni pensar en las quemaduras que sufrieron todos en aquellos momentos. Que la puerta se abra para revelar un pequeño ejército de duendes y magos es casi un alivio.

Entonces llega la inevitable traición de Griphook. Está claro que el duende esperó hasta estar entre los de su raza para salirse con la suya, pero sus acciones son contradictorias. Podría haberlos delatado en el vestíbulo, donde ya estaba entre duendes y podría haber alegado que le habían forzado a ayudarle. No contó nada de la cascada ni de las maldiciones hasta que ya se habían producido, pero ¿sabía que estarían activas?

Si lo sabía no creo que hubiese entrado en la cámara, pues al final ha terminado tan quemado como los demás, o incluso más. Podría haber alegado que debía quedarse fuera para vigilar, y así librarse. Tal vez creyó que levantaría sospechas, o quería tener a mano la espada. Puede que no supiera nada, nunca lo sabremos.

En cualquier caso, nuestro trío se encuentra con su botín pero sin la espada, con graves quemaduras y asediados por todos los frentes. Y entonces Harry tiene la solución más loca que se le ha ocurrido en la vida: liberar al dragón para escapar montados en su lomo sobre Londres.

No me gustaría estar en el pellejo de los agentes del Ministerio que tengan que arreglar este lío ante los muggles.

Observaciones y curiosidades:
  • El conjuro defodio viene de la palabra latina para "excavar".

lunes, 22 de abril de 2019

Capítulo 25: El Refugio

En el capítulo 25 de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte, Harry y los demás planean la infiltración en Gringotts, pero su nuevo aliado puede que sea tan poco amistoso como parecía.

En el capítulo anterior, Harry estaba decidido a permitir que Voldemort se hiciera con la Varita de Sáuco y centrar sus esfuerzos en encontrar los horrocruxes, aferrándose a la pista que habían obtenido a un alto precio. Esta decisión le había dado un gran aura de firmeza. ¿Significa eso que sus dudas han desaparecido? Ni de lejos.

Ahora que no hay vuelta atrás, Harry pasa las horas preguntándose si ha hecho lo correcto. Sus amigos tienen sus posturas muy claras, como siempre; Hermione cree que ha hecho lo que debía, mientras que Ron piensa que se ha equivocado. Los dos están muy seguros, y su seguridad sólo aumenta las dudas de Harry. En todo caso, lo hecho, hecho está.

Harry se está aferrando a la idea de que sus decisiones entran dentro del plan de Dumbledore. Aunque el director ya no es el ideal del bien que una vez creyó, en el fondo no puede evitar recaer en tener a una figura adulta que le permita quitarse un poco de responsabilidad. Si Dumbledore le dejó un camino, y lo está siguiendo, su victoria podría estar garantizada. Es bonito pensar eso.

Parecería que Ron y Hermione, con sus perspectivas posiciones, no hacen más que liar a Harry, pero en realidad estar en medio de sus posturas polarizadas le permite llegar a un punto medio más moderado, que al final es lo más acertado en la mayoría de situaciones. Eso se ve muy claro en la negociación con Griphook.

El duende, aunque está agradecido a Harry y sabe que no tiene la mentalidad común en los magos que ha conocido, no es ninguna hermanita de la caridad, y se toma su tiempo antes de ofrecer su ayuda al grupo, que no será gratuita: exige la espada de Gryffindor como compensación por sus servicios. Esto da lugar a un conflicto cultural.

Ron, basándose en prejuicios adquiridos de la sociedad mágica, no confía en el duende por principio y está seguro de que quiere jugársela, lo que a su juicio justifica intentar jugársela a él. Por su parte, Hermione tiene más datos oficiales de las dificultades que han tenido los magos y los duendes a lo largo de la historia y cuando se trata de este caso en particular está más inclinada a confiar en los duendes, aunque Griphook no le caiga bien por sí mismo.

Harry, metido de nuevo en medio, valora todas las posibilidades: él no tiene ningún aprecio personal a la espada como tal; aunque le gustaría creer que Godric Gryffindor no la robó, para él es un precio aceptable a cambio de la destrucción de otro horrocrux. El problema es que sin ella no tienen forma de destruir los horrocruxes, y aunque pudieran usarla para destruir el que hay en Gringotts antes de dársela aún quedaría otro más.

Su solución, engañar a Griphook y no darle la espada hasta que ya no la necesiten, es arriesgada y poco ética, quizá hasta cobarde, pues no plantea qué hacer en el momento en que Griphook exija lo prometido. No puede salir bien, y después de la charla con Bill eso resulta bastante evidente.

Para terminar quiero hablar un poco de la vida en El Refugio, que al fin y al cabo es lo que da nombre al capítulo. Aunque Bill siempre ha destacado por ser el más responsable de los hermanos Weasley, ahora que le vemos en su propia casa casi parece otro Arthur, con el efecto de que Fleur casi parece otra Molly. No estoy seguro de que me guste eso, pero existen los suficientes matices para que no parezca que están en la Madriguera.

Por supuesto, la mejor parte es la reaparición de Lupin, que ahora es padre, y que en absoluto está enfadado con Harry. Más bien al contrario, se ha dado cuenta de que su antiguo alumno le ha dado una lección de valentía, y es gracias a él que ha vuelto con su familia. La decisión de hacerle padrino es sin duda merecida.

Las buenas noticias nunca vienen de más entre tanto mal augurio.

Observaciones y curiosidades:
  • Si queréis más información sobre la espada de Gryffindor y su conflicto de posesión, consultad este enlace.