¿Qué es esto?

Soy un fan español de Harry Potter que quiere hacer un análisis completo de toda la saga del chico de la cicatriz, intentando destacar temas recurrentes, elementos que reaparecerán más adelante o que han aparecido después y cambios producidos en la traducción española de la saga (que no son pocos), además de curiosidades varias, para así algún día llegar a una perspectiva total de todo el universo Potter.

Cada lunes o martes habrá un post nuevo de cada capítulo de la saga analizándolo al detalle, y cuando acabe uno de los libros se hará un análisis de la película correspondiente, también habrá reseñas de la saga de Animales Fantásticos cuando vayan saliendo, así como del libro de El Legado Maldito al terminar la saga.

Asimismo, la primera semana de cada mes postearé una traducción personal de alguno de los textos que Rowling publicó en Pottermore y que ahora han quedado tristemente inaccesibles para los fans que no sepan inglés con la nueva versión. además de algunas aclaraciones sobre juegos de palabras, localizaciones, etc., y curiosidades que a lo mejor no sabíais.

Huelga decir que habrá spoilers a mansalva; si queda alguien en este planeta que no sepa las sorpresas típicos de la serie y no quiera saberlas que no se meta aquí. Queda avisado.

Cualquier comentario o sugerencia es bienvenido; ¡dejad vuestras impresiones tras leer!

lunes, 10 de febrero de 2020

Rugby escocés

Este texto de Pottermore trata sobre el rugby de Escocia; ¿qué tiene que ver un deporte muggle con el mundo mágico? Ahora lo veremos:

"El afecto del mundo mágico por el rugby escocés es de lo más extraño, porque una parte importante de la sociedad mágica no sabe nada sobre deportes muggles, que consideran inherentemente sosos e incluso ridículos. Sin embargo, el rugby escocés se ha convertido en un meme (parte broma interna, parte interés genuino) para los magos, que tiene sus raíces en el siglo XIX y que es una historia tanto triste como inspiradora. 

La familia mágica de Buchanan vivía en una villa en el borde escocés durante muchas generaciones. Una reputación para la agresividad y la bebida, combinada con su prodigioso tamaño (sólo las hijas habían ganado el juego de guerra de tirones todos los años desde que se recordaba), mantenía a sus vecinos a una distancia respetuosa e ignorantes de sus habilidades mágicas. Uno por uno, según alcanzaban los once años, los hijos e hijas Buchanan desaparecían en Hogwarts. En la villa se rumoreaba que sus enormes y salvajes hijos eran llevados a un centro correccional o incluso a una institución mental. 

A mediados del siglo XIX la familia Buchanan se componía de una madre con mucho trabajo, un feroz padre y once hijos. La casa era ruidosa y caótica, pero aún así es sorprendente que ninguno de los padres Buchanan se diera cuenta de que su tercer hijo, Angus, era un squib (un niño nacido de magos sin poderes mágicos). Siempre había sido una proclamación orgullosa del señor Buchanan senior que semejante anomalía nunca se había dado en su familia. El orgulloso y viejo mago iba más lejos: un squib en cualquier familia era una señal de que estaban en declive y merecían ser cortados de raíz. 

Su hermanos y hermanas tenían todos mucho cariño a Angus, que era el más grande y más bondadoso de todos ellos, así que le cubrían frente a sus padres. El engaño empezó de forma inocente, pero cuando se acercaba el momento de que se marchara a Hogwarts, Angus y sus hermanos se sintieron incómodamente conscientes de que no podrían mantener la farsa mucho más tiempo. No llegó ninguna carta del colegio para Angus, pero su asustada hermana Flora falsificó una, que mantuvo a los padres en su ignorancia durante varias semanas más. Tímido, de naturaleza bondadosa y aterrado de su padre, Angus no podía pensar en ninguna alternativa a seguirles el juego a sus hermanos mayores. Le llevaron al Callejón Diagon, donde le compraron una varita y pretendieron que le había elegido. En el día señalado, su hermano mayor Hamish le llevó a Hogwarts montado en su escoba, esperando contra todo pronóstico que permitieran a Angus quedarse cuando llegaran, o que la escuela pudiera sacar alguna magia de él. 

Nunca había pasado antes y no ha vuelto a suceder desde entonces, pero Angus llegó tan lejos como para ponerse el Sombrero Seleccionador antes de ser expuesto. En su pura desesperación se lanzó por delante de una chica cuyo nombre había sido pronunciado y se puso el sombrero en la cabeza. El horror del momento en el que el Sombrero anunció con bondad que el chico que tenía debajo era un chaval de buen corazón, pero que no era un mago, nunca sería olvidado por aquellos que lo presenciaron. Angus se quitó el sombrero y dejó el comedor con lágrimas recorriéndole el rostro. 

Las noticias de la humillación de Angus llegaron hasta sus padres en un batiburrillo de lechuzas antes de que su hijo llegara a casa a pie. Se encontró con su humillado padre, que le prohibió la entrada, le le ordenó que nunca volviera a aparecer por su puerta y le lanzó maldiciones a Angus cuando huía.

Sin idea de lo que haría a continuación, sin familia ni dinero, Angus, con once años, caminó hasta la capital, ocasionalmente subiéndose a carros. En Edimburgo mintió sobre su edad y consiguió encontrar trabajo como peón.

Para la sorpresa de Angus, los muggles no eran para nada tan malos como su padre y su madre le habían dicho siempre. Tuvo la buena fortuna de ser acogido por un bondadoso capataz y su mujer que no tenían hijos propios, y para cuando tuvo dieciocho Angus había crecido hasta ser un hombre grande y fuerte que era querido por su naturaleza bondadosa y admirado por su capacidad física, pero que nunca compartía los extraños secretos de su pasado.

La infancia primeriza de Angus la había pasado esquivando maldiciones de forma casi diaria, lo que significaba que era sorprendentemente rápido para un hombre de su tamaño. Encontró su mayor placer y orgullo en el atletismo, y pronto se volvió adepto en el relativamente reciente deporte muggle del rugby. Años de ayudar a sus hermanos a coger snitches doradas en el jardín trasero también le habían hecho talentoso en el cricket.

En 1871 Angus se encontró representando a su país en el primer partido internacional de rugby, que tuvo lugar en Edimburgo entre Inglaterra y Escocia. Se puede imaginar la emoción de Angus cuando entró al campo y vio a sus diez hermanos y hermanas entre los espectadores. Desafiando el desprecio de su padre por todas las ocupaciones muggles y su orden de que no volvieran a ver más a Angus, se habían decidido a encontrarle. Exultante, Angus marcó en su primer intento. Escocia ganó el partido.

La reunión con su familia causó que Angus reevaluara su relación con sus raíces mágicas y en 1900 publicó el best seller revolucionario en todo el mundo Mi vida como un squib. Hasta este punto, los squib habían vivido en las sombras. Algunos se aferraban a los flecos del mundo mágico, sintiéndose siempre de segunda clase e intentando encajar; otros cortaban todos los lazos y vivían enteramente como muggles. Mi vida como un squib llevó los apuros de estos individuos a la atención del mundo mágico.

De esta forma Angus Buchanan se volvió famoso en todo el mundo entre los magos mientras que seguía siendo celebrado entre los muggles, una hazaña desconocida hasta entonces. Magos de muchas nacionalidades empezaron a acudir a verle jugar a deportes. Desafortunadamente, el cricket encontró poco favor entre los magos. Como el jefe redactor de deportes de El Profeta escribió en 1902: "un golpeador que es incapaz de volar defiende tres postes en lugar de un aro, mientras una snitch sin alas es lanzada hacia los palos. Eso es todo" A veces durante varios días". El rugby generaba mayor interés. Los magos no podían evitar admirar la fuerza y el valor de los muggles preparados para enfrentarse en un deporte tan brutal, sin recurrir a desaparecerse fuera de en medio, y sin acceso a crecehuesos para reparar los huesos rotos. Hay que admitir que había un poco de sadismo en el disfrute de algunos magos.

Cuando Angus Buchanan murió, fue honrado por el mundo mágico y el muggle, una hazaña casi única en los anales de la historia. Un brillante ejemplo de una persona que hizo lo máximo de la mano que la vida le había dado y emergió triunfante, Angus fue demasiado modesto para darse cuenta del impacto que había tenido. Todos los años se concede en Hogwarts la copa Angus Buchanan por el Esfuerzo Sobresaliente y Mi vida como un squib está en su 110ª edición.

En lo que respecta a deportes y juegos mágicos (quidditch, quodpot, carreras de escobas, gobstones y otros como el creaothceann, prohibido oficialmente pero que aún se juega de forma ilegal) los magos son naturalmente feroces y espartanos y apoyan a su propio país, pero se considera infra dig*1* para los magos apoyar cualquier equipo de rugby que no sea el de Escocia. A lo largo de los casi 150 años desde que Angus Buchanan ayudara a ganar el primer partido internacional de rugby, discutir sobre el rugby escocés se ha convertido en uno de los identificadores encubiertos para los magos que se juntan frente a los muggles y buscan establecer las credenciales de los otros. Los muggles curiosos podrían quedarse extrañados de por qué dos peruanos están tan interesados en un equipo escocés, pero en general todos coinciden en que es preferible a discutir sobre quidditch o comparar la longitud de las varitas en público.

Poco después de la muerte de Angus, se creó el Club de Seguidores de la Unión del Rugby Escocés en su memoria por sus dedicados fans. El CSURE, que existe a día de hoy, tiene miembros magos de escocia y extranjeros. Se reúnen en la víspera de cada partido internacional para brindar en recuerdo de Angus y para anticipar unos felices ochenta minutos de ver a muggles se pisotean en el barro unos a otros. El Estatuto Internacional del Secreto prohíbe expresamente a los magos participar en deportes muggles, pero no hay nada ilegal en apoyar a un equipo muggle. Sin embargo, el CSURE a menudo ha tenido que negar el rumor persistente de que su misión secreta es colar a un squib con talento en todos los equipos escoceses. Los sospechosos actuales incluyen a Kelly Brown (posible primo de Lavender), Jim Hamilton (con un fuerte parecido a Hagrid) y Stuart Hogg (no hace falta decir más).*2*

*1* Indigno.

*2* Los tres son jugadores escoceses de rugby de verdad. De hecho, Rowling llegó a insinuar en un tuit que Stuart Hogg es un mago de verdad. 

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