En este capítulo pasan muchas cositas dignas de mención, así que voy a ir paso a paso para no dejarme nada sin comentar. Para empezar, tenemos a Harry solo en el despacho de Dumbledore por primera vez (volverá muchas, muchas veces en el futuro).
Mientras espera, Harry ve al Sombrero Seleccionador y se lo vuelve a poner en un intento de resolver las dudas que le corroen sobre su destino; no se puede decir que le ayude mucho (más información en las curiosidades). Encima, cuando se da cuenta de que el pájaro mascota de Dumbledore existe, Fawkes se prende fuego solo y se muere delante de él. Ups.
Por suerte, Dumbledore hace su aparición y calma a Harry diciéndole que su fénix mascota se muere de vez en cuando, es algo normal y resucita enseguida, y que ni él ni los otros profesores creen realmente que Harry sea el heredero de Slytherin. Eso ayuda, pero creo que Harry debería haberle contado algunas de las cosas que han pasado, al menos lo de la voz misteriosa y lo de hablar pársel. Entiendo las razones por las que Harry no quiere decirle nada a Dumbledore, pero hubiera facilitado mucho las cosas.
Una vez terminada la reunión, volvemos al statu quo anterior, exacerbado aún más por los nuevos ataques: todos temen a Harry excepto sus amigos y Fred y George, que se toman los rumores a broma (benditos sean, otra vez). El ambiente de pánico provoca que casi todos los alumnos vuelvan a casa por Navidad, así que los Weasley, Harry y Hermione pueden disfrutar de la tranquilidad de que nadie llame asesino a Harry y esas cosas, además de ser el momento perfecto para ir a por Malfoy, que también se queda en Hogwarts.
Después de un banquete de Navidad apresurado, Harry y Ron se deshacen de Crabbe y Goyle para poder suplantarlos, con Hermione planeando aprovechar la paliza que le dio Bullstrode en el anterior capítulo para suplantarla gracias a un pelo suyo que se quedó enganchado a su túnica, o eso cree ella. Una vez transformados, Harry y Ron tienen que proseguir solos con el plan ante la extraña negativa de Hermione a acompañarlos, y se encuentran enseguida con el obstáculo de que no saben dónde está la sala común de Slytherin ni conocen la contraseña para entrar. En todo el mes que estuvieron preparando el plan se les podía haber ocurrido investigarlo, digo yo.
Por suerte, es Malfoy quien les encuentra a ellos, y como siempre está más que dispuesto a fardar de lo que sabe, que no es mucho. Al oírle hablar a solas con quien se cree que son sus lacayos queda claro que Malfoy solo odia a los hijos de muggles porque es lo que le han enseñado; menciona a su padre cada dos por tres y habla de temas fuertes sin tener realmente claro lo que significan. Es un odio sin sustancia, y esa clase de odio nunca termina bien para quien lo practica.
De la conversación sacamos que Malfoy no es el Heredero de Slytherin (probablemente pocos lectores lo creían a estas alturas) ni sabe quién es, pero sí sabe que quien fuera abrió la Cámara antes de la época de alumno de su padre, aunque Lucius, misteriosamente, lo sabe todo al respecto. Qué curioso.
Harry y Ron consiguen huir antes de que se les pasen los efectos de la poción y descubren la razón por la que Hermione no quería dejarse ver: usó un pelo de gato y, como la poción no se puede usar con seres no humanos, le ha producido una transformación parcial y semipermanente. Es una pena que después de ser la artífice principal del plan Hermione no haya podido llevarlo a cabo, pero quizás su presencia hubiera fastidiado las cosas, porque Bullstrode no forma parte realmente de la banda de Malfoy; en todo caso han conseguido saber lo que querían y despejar sus dudas sobre él, aunque en principio lo que descubren no les sirve de mucho.
Ah, y no me olvido de Percy y su misterioso comportamiento: primero insiste en quedarse en Hogwarts alegando su condición de prefecto, y luego se le ve rondando por las mazmorras justo después de que Penélope Clearwater sale de ellas a pesar de ser de Ravenclaw. Si no llega a ser porque hablamos de Percy, hubiera sido evidente que se estaban viendo a escondidas. ¡Nos vemos!
Observaciones y curiosidades:
- En el original, Harry se comenta a sí mismo que hasta justo ese momento le hubiera encantado tener la posibilidad de echar un vistazo por el despacho de Dumbledore.
- En el original lo que el Sombrero Seleccionador le dice a Harry es un tanto distinto a la traducción: cuando le dice que mantiene lo que dijo, se refiere a su afirmación de que estaría bien en Slytherin. En la traducción parece reafirmarse en haberle colocado en Gryffindor, aunque admite que podría haber estado en Slytherin.
- La fidelidad de Fawkes, sus lágrimas curativas y su capacidad para llevar cargas muy pesadas serán cruciales en la batalla final de este libro.
- En el original Harry no se alegra de que Fred y George se tomen la idea del Heredero de Slytherin a guasa, sino de que no se tomen en serio los rumores de que Harry es el heredero, y de que gasten bromas para demostrarlo.
- En la traducción se dice que hay que asistir al banquete de Navidad incluso si hay que tomarse luego la poción multijugos; el original dice que incluso con esa perspectiva es imposible no disfrutar del banquete.
- Las voces de Crabbe y Goyle en este capítulo no tienen nada que ver con cómo son en su aparición en Las Reliquias de la Muerte, cuando Harry las describe como sorprendentemente suaves.
- En el original, cuando Harry pone cara de desconcierto Ron dice que con esa cara sí que se cree que sea Goyle.
No hay comentarios:
Publicar un comentario