El texto de este mes trata sobre el famosillo del mundo mágico, Gilderoy Lockhart, atractivo estafador y muy pagado de sí mismo. Veamos cómo fue su vida:
"Primeros años
Nacido de una madre bruja y un padre muggle, con dos hermanas mayores, Gilderoy Lockhart fue el único de los tres hijos de sus padres en mostrar habilidades mágicas. Un chico guapo e inteligente, él fue claramente el favorito de su madre, y la realización de que también era un mago causó que su vanidad floreciera como una mala hierba particularmente perniciosa.
Escuela
La llegada del joven Lockhart al colegio Hogwarts de Magia y Hechicería no fue el triunfo que él y su madre habían esperado. De alguna forma, Lockhart no había apreciado que estaría en una escuela entera llena de brujas y magos, muchos de ellos más hábiles que él. (De hecho, había visualizado una entrada en Hogwarts para él de una manera no muy distinta a la que experimentó Harry Potter, décadas después. Se había imaginado caminando por los pasillos entre susurros emocionados debido a su habilidad mágica, sin llegar a ocurrírsele que todos los estudiantes de Hogwarts habían tenido experiencias similares antes de empezar la escuela.) En la mente de Lockhart él ya era un héroe de pleno derecho y un genio, y fue un shock nada bienvenido descubrir que nadie conocía su nombre, que sus talentos no eran excepcionales y que nadie estaba particularmente impresionado con su cabellera, que ondeaba de manera natural.
Esto no significa que Lockhart no poseyera talento alguno. Por el contrario, sus profesores sentían que poseía una inteligencia y habilidad superiores a la media, y que, con trabajo duro, podía llegar a ser alguien, aunque se quedaba corto frente a las ambiciones que compartía libremente con sus compañeros (Lockhart le contaba a todo el que estuviera dispuesto a escucharle que conseguiría crear una Piedra Filosofal antes de terminar la escuela y que pretendía capitanear al equipo de quidditch de Inglaterra hacia la victoria en la Copa del Mundo, antes de sentar la cabeza y convertirse en el ministro de Magia más joven de Gran Bretaña).
Seleccionado para la casa de Ravenclaw, Lockhart pronto estaba alcanzando buenas notas en sus trabajos, pero siempre había algo en su naturaleza que le dejaba cada vez más insatisfecho. Si no era el primero y el mejor prefería no participar en primer lugar. Dirigía cada vez más sus talentos hacia los atajos y las evasiones. Valoraba aprender no por aprender, sino por la atención que con ello atraía hacia él. Ansiaba premios y trofeos. Pidió al director crear un periódico escolar, porque nada le gustaba más que ver su nombre y foto impresos.
Nunca fue muy popular, pero aun así alcanzó su meta principal de ser reconocido en toda la escuela mediante repetidas hazañas para llamar la atención. Se ganó una semana entera de castigos por grabar su firma mágicamente con letras de seis metros en el campo de quidditch. Consiguió crear una enorme proyección iluminada de su propia cara, que mandó hacia el cielo en imitación de la marca tenebrosa. Un año se envió a sí mismo ochocientas tarjetas de san Valentín, lo que causó tal acumulación de lechuzas en el Gran Comedor que se tuvo que dejar el desayuno (demasiados excrementos y plumas en las gachas).
Vida post Hogwarts
Cuando Lockhart se marchó de Hogwarts, se produjo entre el profesorado un suspiro de alivio. Pronto se oyó de él en tierras extranjeras, donde sus hazañas comenzaron a reunir una publicidad cada vez mayor. Muchos de sus antiguos profesores empezaron a sentir que podían haberle juzgado mal, porque estaba demostrando valentía y resiliencia en librar a varios lugares lejanos de criaturas peligrosas y oscuras.
La verdad era que Lockhart al fin había encontrado su verdadero camino. Nunca había sido un mal mago, sólo uno perezoso, y decidió pulir sus talentos en una dirección. Encantamientos de memoria. Al perfeccionar este complicado conjuro, había conseguido modificar los recuerdos de una docena de brujas y magos altamente hábiles y valerosos, permitiéndole obtener el crédito por sus atrevidas hazañas, volviendo a Gran Bretaña al final de cada "aventura" con un nuevo libro listo para la publicación que narraba "sus" hechos de valentía con toda riqueza de detalles inventados.
A la década de dejar la escuela, Lockhart había alcanzado el estatus de best seller con su serie de libros autobiográficos y una reputación como defensor contra las artes oscuras de talla mundial. Incluso recibió la Orden de Merlín de tercera clase, se convirtió en miembro honorario de la Liga para la Defensa contra las Artes Oscuras y, con su bella apariencia intacta tras las muchas batallas a vida o muerte y a diente y garra que afirmaba haber tenido contra hombres lobo, banshees y similares, ganó el Premio a la Sonrisa más Encantadora, concedido por la revista Corazón de Bruja, no menos de cinco veces seguidas.
Regreso a Hogwarts
Muchos miembros del profesorado se quedaron extrañados ante las razones que Albus Dumbledore escogió para invitar a Gidleroy Lockhart a volver a Hogwarts como profesor de Defensa contra las Artes Oscuras. Aunque era cierto que se había vuelto casi imposible convencer a nadie más de que aceptara el puesto (el rumor de que estaba maldito estaba cogiendo fuerza dentro y fuera de Hogwarts), muchos profesores recordaban a Lockhart como profundamente irritante, fueran cuales fuesen sus hazañas posteriores.
Los planes de Albus Dumbledore, sin embargo, iban más allá. Resultó que conocía a dos de los magos por cuyo trabajo de su vida Gilderoy Lockhart se había llevado el mérito, y era una de las pocas personas en el mundo que creía saber lo que planeaba. Dumbledore estaba convencido de que Lockhart sólo necesitaba volver a un entorno ordinario de escuela para ser revelado como un charlatán y un fraude. La profesora McGonagall, a quien nunca le había caído bien Lockhart, preguntó a Dumbledore qué pensaba que iban a aprender los estudiantes de un hombre tan vanidoso y ávido de celebridad. Dumbledore respondió que "hay mucho que aprender hasta de un mal profesor: qué no hacer, cómo no ser".
Lockhart podría no haber tenido interés en volver a Hogwarts, dado cómo de bien iba su carrera de gloria robada, si Dumbledore no le hubiera puesto por delante de su cabeza hambrienta de fama la promesa de Harry Potter (un truco que Dumbledore repetiría años después, cuando necesitó convencer a otro profesor para que volviera a la escuela*1*). Al sugerir de manera sutil que enseñar a Harry Potter sellaría de manera definitiva la fama de Lockhart, Dumbledore había preparado un cebo al que Lockhart no pudo resistirse.
Para cuando llegó a la escuela, las habilidades mágicas de Lockhart (que una vez fueron bastante buenas) se habían oxidado casi sin remedio. El único conjuro para el que poseía habilidad era el encantamiento desmemorizador, que había estado usando durante años. Sus clases se convirtieron rápidamente en una charada, ya que quedó claro que era completamente inepto en todo aquello en que, según afirmaba en sus libros, era un experto.
El accidente que le costó a Lockhart su cordura se produjo al final de su curso en Hogwarts, cuando fue alcanzado por su propio encantamiento desmemorizador, que borró su pasado para siempre. Desde entonces ha residido en la Sala Janus Thickey Wars del Hospital San Mungo de Enfermedades y Heridas Mágicas."
Pensamientos de J. K. Rowling
Un extracto sacado de una entrevista en la BBC Radio 4 con Stephen Fry y J. K. Rowling, grabada a finales de verano de 2005 y emitida como especial de Navidad en diciembre de 2005:
"Stephen Fry*2*: Ahora, ¿de verdad te manejas por los libros de palabras raras o el OED (Oxford English Dictionary) y demás, o son sólo cosas que tú de alguna forma, tienes una buena memoria para las palabras?
J. K. Rowling: La verdad es que no me manejo con libros. Tienden a ser cosas que he reunido o con las que me he topado mientras leía en general. La excepción fue Gilderoy, Gilderoy Lockhart. El apellido Lockhart, bueno, sé que es un apellido escocés bastante bien conocido...
SF: Sí.
JKR: Lo encontré en un memorial de guerra. Buscaba algún apellido glamuroso, con apariencia atrevida, y Lockhart me llamó la atención en este memorial de guerra, eso fue todo. No pude encontrar un nombre cristiano. Y estaba ojeando el Diccionario de frases y fábulas una noche. Estaba buscando cosas de manera consciente, en general, cosas que fueran útiles y vi a Gilderoy, que en realidad era un bandolero, y un pícaro muy atractivo.
SF: ¿En serio?
JKR: Y Gilderoy Lockhart simplemente me sonaba perfecto.
SF: Es un perfecto, perfecto...
JKR: Impresionante, y aun así, en el centro, bastante vacío, por supuesto.
SF: Así es, como sabemos, lo era.
JKR: Como sabemos."
*1* Este profesor no es otro que Slughorn, claro.
*2* Stephen Fry es muy conocido por los fans británicos de Harry Potter gracias a su acertada interpretación en los audiolibros de la saga.
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