En el capítulo dos
de Harry Potter y la Piedra Filosofal, nos trasladamos diez
años en el tiempo para ver cómo ha sido la vida de Harry con los
Dursley desde que le dejaron allí.
Aunque no es sorprendente ver que Harry no lo haya pasado bien con sus tíos y su primo, la situación de Harry en Privet Drive resulta demasiado horrorosa.
Aunque no es sorprendente ver que Harry no lo haya pasado bien con sus tíos y su primo, la situación de Harry en Privet Drive resulta demasiado horrorosa.
En serio, tienen a
Harry en tan malas condiciones que es un milagro que le dejen comer
en la misma mesa que ellos. Le tienen durmiendo en una pequeña alacena bajo
las escaleras (cuando tienen una habitación de sobra que podría
utilizar), y Harry pasa en ella la mayoría del tiempo, a veces encerrado. También le
obligan a hacer las tareas de la casa y toda su ropa es vieja y demasiado grande para él. Visto esto, creo que podemos agradecer
que los Dursley se molestaran en comprarle a Harry unas gafas cuando
las necesitó para ver, aunque solo fueran un par.
Además de dejar
claras las malas condiciones de vida de Harry, Rowling también
aprovecha para contar las situaciones extrañas que le pasan a Harry,
y que son causa de malestar para sus tíos. Estos inexplicables contratiempos se
deben a la magia que Harry está empezando a demostrar y que es común
en los magos cuando son pequeños. Los Dursley saben muy bien lo que está pasando, y por eso reaccionan de forma tan exagerada a cualquier cosa
que Harry haga o diga que se salga de lo normal. Tienen miedo de lo que Harry pueda llegar a descubrir sobre sí mismo.
Sus reacciones
denotan su mentalidad cerrada; al castigar a Harry por cualquier cosa
rara que haga esperan conseguir que se comporte como una persona
normal, pero son las circunstancias estresantes en las que los Dursley le ponen las que causan la magia. Notad que los ejemplos que Harry recuerda se
deben siempre a las acciones de Dudley o de sus tíos.
Hablando de Dudley,
si los Dursley son crueles en exceso con Harry, a la vez son buenos
en exceso con su hijo, que como resultado se ha convertido en un niño
mimado que siempre tiene que tener lo que quiere. Imaginaos tener
treinta y nueve regalos en vuestro décimo cumpleaños. Yo ya me
sentiría satisfecho si tuviera esa cantidad de regalos en el total
de mis primeros diez cumpleaños (además, ¿cuánto se supone que
gana Vernon en su trabajo? Tiene que ser mucho si se puede
permitir comprar tanto regalo). El contraste entre los dos primos
es obvio y marca aún más lo desgraciado que es Harry.
Para terminar,
quiero destacar el gran juego que hace Rowling en este episodio. Al
introducirnos en las señales de magia de Harry, asumimos que el
incidente de la boa constrictor es una más (y lo es, al menos en lo
referente al cristal que desaparece), y de esta forma nos oculta el
hecho de que hablar con las serpientes no es algo común en los
magos, información que no descubriremos hasta el siguiente libro. Un
ejemplo más del cuidado de Rowling en formar un universo
cohesionado.
Observaciones y curiosidades:
- Cuando Petunia le grita a Harry desde fuera de la alacena, la traducción española no dice exactamente quién grita. Yo pensé la primera vez que lo leí que era Harry, lo cual no tiene mucho sentido.
- Curioso que lo único que le gusta a Harry de su aspecto es su cicatriz, cuando es lo único que no ha heredado de sus padres sino de su asesino. Ahí lo dejo.
- Se hace mención de la señora Figg, que en La Orden del Fénix se revela como una squib apostada en el vecindario por Dumbledore.
- También se hace mención de Marge, la hermana de Vernon, que hará su gran aparición en El prisionero de Azkaban.
- El bocadillo de Harry que Dudley no se quiere terminar es un helado en la versión original. Empezaba a creer que los Dursley ni siquiera le daban de comer a Harry. Es demasiado incluso para ellos.
- En la versión inglesa, la serpiente se despide en pársel usando la palabra portuguesa para amigo, que es la misma que en español. Desde luego, es algo difícil de traducir.
Ya te lo he comentado pero a mí también me gustaría saber cuánto puede costar un taladro para poder derrochar tanto en regalos. ¿Igual se refieren a taladros industriales y maquinaria enorme y cara...? Porque si es de los de mano para hacer chapucitas en casa, tendrán que vender muchos.
ResponderEliminarTus observaciones y curiosidades, muy cuidadas. Siempre encuentro alguna cosilla que se me ha pasado por alto o que no conseguía ubicar.
Lo de las gafas se me pasó mencionarlo, después de todo, tienen algo de humanidad.
ResponderEliminarY sobre lo de la señora Figg no tenía ni idea, acabo de buscarlo en google para enterarme un poco más ya que, al mencionarlo, pensaba que era mágica pero no.
Eso sí, lo que más me ha gustado de la entrada es tu mención a la cicatriz de Harry, pero ¿le gusta porque tiene una parte de Voldermort o te dan alguna explicación a lo largo de los libros o simplemente lo dejan así?
Como dice Frikilóloga, siempre hay alguna curiosidad que se nos pasa y tú encuentras.
¡Un saludoo!
Que bonita historia
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