El texto de turno trata sobre las enfermedades y lesiones exclusivas del mundo mágico, y que se tratan en hospitales como San Mungo. Veamos:
"Me planteé el tema de las enfermedades y las discapacidades muy pronto en la creación del mundo de Harry. ¿Los magos cogían resfriados? ¿Podían curar enfermedades que extrañaban a los muggles? ¿Había magos con discapacidades? ¿Cuáles eran los límites de la medicina mágica, o podía repararlo todo?
Algunas de estas preguntas fueron al corazón de la historia, porque el tema de la muerte atraviesa cada volumen de los libros de Potter. Tras decidir que la magia no podía alzar a los muertos (incluso la Piedra de la Resurrección no devuelve de verdad a la vida a los muertos), tuve entonces que decidir lo que podría matar a un mago; qué clase de enfermedades podían coger; qué heridas podían recibir, y cuáles de estas dos últimas se podían curar.
Decidí que, hablando de forma general, los magos tendrían el poder de corregir o anular la naturaleza "mundana", pero no la "mágica". Por tanto, un mago podría coger cualquier cosa que podría coger un muggle, pero podría curarse de todo; también superaría cómodamente una picadura de escorpión que podría matar a un muggle, mientras que podría morir si le muerde una tentácula venenosa. De la misma forma, los huesos rotos en accidentes no mágicos como caídas o puñetazos se puede reparar con magia, pero las consecuencias de las maldiciones o magia mal ejecutada podrían ser serias, permanentes o amenazantes para la vida. Esta es la razón de que Gilderoy Lockhart, víctima de su propio encantamiento desmemorizante fallido, tenga amnesia permanente, por qué los pobres Longbottom siguen dañados permanentemente por la tortura mágica, y por qué Ojoloco Moody tuvo que recurrir a una pata de palo y a un ojo mágico cuando los originales quedaron dañados de forma irreparable en una lucha de magos; la madre de Luna Lovegood, Pandora, murió cuando uno de sus conjuros experimentales salió mal, y Bill Weasley está lleno de cicatrices de forma permanente tras su encuentro con Fenrir Greyback.
Por tanto se puede ver que mientras que los magos tienen una ventaja envidiable respecto a los demás en tratar con la gripe y toda clase de heridas serias, tienen que tratar con problemas que el resto de nosotros nunca encontramos. No sólo está el mundo muggle libre de peligros tales como el lazo del diablo y los escregutos de cola explosiva, sino que el Estatuto del Secreto también nos ha mantenido libres del contacto con cualquiera que pudiese pasarnos la viruela de dragón (como el nombre implica, originalmente contraída por magos que trabajaban de cerca con vipertooth peruanos) o el spattergroit.
La aflicción de Remus Lupin fue una referencia consciente a las enfermedades de sangre como la infección VIH, con el estigma consiguiente. La poción que Snape le elabora es similar al antiretroviral que le impedirá desarrollar la versión "completa" de su enfermedad. El sentido de "estar aparte" que el manejo de una condición crónica puede imponer en quien la sufre fue una parte importante del carácter de Remus Lupin. Por su parte, Ojoloco Moody es el auror más duro de todos, y un hombre que era mucho más que sus significativas discapacidades.
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