En el capítulo 13 de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte, el plan de infiltración en el Ministerio hace aguas por todos lados, y Harry toma decisiones arriesgadas para salvar la situación.
Las cosas no pintan bien. Ron ha tenido que irse a arreglar una situación que es incapaz de arreglar, ahora se topan con Umbridge y el primer ministro, y Harry tiene que ver cómo su objetivo se lleva a Hermione a juzgar a hijos de muggles, una situación nada cómoda y que corre el riesgo de agotar los efectos de la poción.
Después de horrorizarse un poco, Harry valora la situación y decide buscar el despacho de Umbridge, un buen plan, aunque no consigue resultados. Lo que sí descubre es que ha estado usando el ojo mágico de Moody para espiar a los empleados, lo que es tan retorcido y horrible que no sé ni por dónde empezar. No fue inteligente coger el ojo, pero no puedo culpar a Harry por hacerlo.
Una vez registrado el despacho, la única opción de obtener el guardapelo es mediante la propia Umbridge, así que Harry baja a los tribunales para unirse a Hermione y... no sé muy bien qué pretendían hacer exactamente en caso de que no lo llevara encima, si obligarla a llevarles a su casa o qué. Por suerte no es necesario.
He dicho que Harry está demostrando tener la sangre fría suficiente para tomar buenas decisiones en momentos complicados, y lo mantengo, pero este capítulo demuestra que también es dado a perder la calma ante una injusticia manifiesta; antes con lo del ojo, y ahora, al ver la gran crueldad de Umbridge, abandona la precaución y actúa, noqueando a la mujer sapo y complicando las cosas.
A partir de aquí todo parece perdido: al notar que faltaba el ojo de la puerta de Umbridge alguien ha dado la alarma, y Ron les informa de que han bloqueado el Ministerio, pero tienen que salir junto a un grupo de acusados y sus familias de alguna forma. La solución de Harry es tan atrevida como elegante: confiar en su disfraz para afirmar con autoridad que deben salir primero y amenazar a cualquiera que le lleve la contraria. Increíblemente, funciona, y les habría servido de no ser por la aparición del empleado al que ha sustituido Ron.
La osadía sólo te lleva hasta cierto punto, y cuando intentan huir sin más Yaxley el mortífago les persigue y les agarra antes de que puedan desaparecerse, causando graves problemas que les complicarán mucho las cosas a nuestros héroes en el futuro.
Observaciones y curiosidades:
- El chico que está con Dumbledore en la foto no es otro que Grindelwald.
- Los dementores podían percibir a Harry a pesar de su capa, como comentó Dumbledore en El prisionero de Azkaban. De hecho, probablemente no podían distinguir que llevara una capa de invisibilidad, de ahí que no dieran la alarma.
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