En el capítulo 12 de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte, Harry, Ron y Hermione inician un arriesgado plan para arrebatarle el guardapelo a Umbridge, y para ello tendrán que colarse en el Ministerio.
Tengo que decirlo, el plan para conseguir el guardapelo me parece mal trazado desde el principio. Hay que suponer que los héroes no tienen ningún medio para localizar la casa de Umbridge, y que no hay ninguna posibilidad de pillarla fuera del Ministerio (al menos, se dice que usa la red flu para irse a casa directamente, así que no pueden cogerla en la puerta).
Aun así, colarse en el Ministerio ahora que lo controla Voldemort es muy arriesgado, y eso contando con que Umbridge se lleve el guardapelo al trabajo, cuando a lo mejor lo tiene en casa guardado para ponérselo en ocasiones especiales, o algo por el estilo. En fin, al final es una excusa para mostrar el cambio del Ministerio desde la última vez que lo vimos, y funciona.
Pero antes de eso hay que mencionar un par de cosas. Desde que recibió el otro guardapelo y pudo vengarse de Mundungus, Kreacher se ha vuelto mucho más agradable, y eso ha hecho que la situación en Grimmauld Place mejore mucho; al fin y al cabo, el elfo tiene acceso a la cocina de Hogwarts, si bien es él quien cocina, y bastante bien, parece ser.
Hablando de Hogwarts, Snape ha sido nombrado nuevo director, en un claro intento de Voldemort de controlar el colegio, con otros dos mortífagos como profesores. Harry no está sorprendido, aunque tampoco le vimos cuando se enteró; tampoco había muchos candidatos que contaran con la aprobación de Voldemort entre el profesorado.
Desde que descubrieron quién tenía el guardapelo Harry, Ron y Hermione han estado montando guardia en la entrada del Ministerio para trazar un plan de infiltración, y llevan un mes así. Harry se harta al final y decide que ya es hora de jugársela, y que lo harán el día siguiente. No se equivoca al decir que no pueden prepararse más, pero ojalá hubieran esperado otro día...
Todo va bien al principio, pero resulta que el empleado al que Ron ha sustituido tenía que asistir al juicio de su mujer, que va a ser juzgada por ser hija de muggles ese mismo día, y el pobre Ron tiene que intentar hacerle un favor a un mortífago por la muy escasa probabilidad de que ayude a la pobre mujer.
Esto es solo una muestra de lo que ha cambiado el Ministerio ahora que los mortífagos dirigen el cotarro: a primera vista sigue siendo una oficina mágica, pero la fuente de la entrada, que antes proclamaba la fraternidad entre especies (de una forma un tanto condescendiente) ahora proclama la superioridad mágica sobre los muggles sin que nadie diga nada. Todos los días se están celebrando juicios contra los hijos de muggles, y se los acusa y sentencia injustamente bajo las oficinas donde todos trabajan. Hay mortífagos trabajando en posiciones de influencia, y si le caes mal a la persona equivocada puedes acabar juzgado también, o peor.
Sin duda es el entorno en el que Umbridge se siente más a gusto.
Recordad que esta semana se estrena Los crímenes de Grindelwald. No sé cuándo podré ir a verla, pero cuando lo haga os traeré una reseña sin spoilers. ¡Un saludo!
Observaciones y curiosidades:
- En la traducción, Ron dice que al menos ya saben de qué bando está Snape; esto no tiene sentido, porque ya deberían estar seguros. En el original dice que al menos saben dónde va a estar, posiblemente porque no podrá ir a Grimmauld Place si tiene que estar en Hogwarts.
- Hermione tiene razón al creer que Snape intentará espiarles a través del retrato de Phineas, pero se debe a intentar ayudarles. En un descuido, Hermione le hará saber dónde están, y eso le permitirá hacerles llegar la espada de Gryffindor.
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