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lunes, 22 de octubre de 2018

Capítulo 9: Un sitio donde esconderse

En el capítulo 9 de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte, Harry, Ron y Hermione tienen que hacer su salida antes de tiempo; lo malo es que no saben a dónde ir.

El Ministerio ha caído. La última esperanza de poder llevar una vida relativamente normal mientras se combate a Voldemort se ha ido al garete, y ahora los mortífagos lo controlan todo. Nadie está seguro, y el enemigo puede llegar a la boda en cualquier momento.

Los invitados huyen uno tras otro, y los miembros de la Orden tratan de proteger a sus familias y a los que se hayan quedado. Por supuesto Harry, Ron y Hermione no pueden unirse a ellos, los mortífagos no pueden ver a Harry allí, así que en cuanto se reúnen se desaparecen, acabando en el mundo muggle.

No puedo menos que felicitar a Hermione por su previsión; ha preparado un medio para poder llevar todo lo que necesiten y tenerlo preparado en cualquier momento, y hasta metió en su bolso la mochila de Harry por si pasaba lo que pasó. Un aplauso para ella, por favor.

Sin embargo, una vez a salvo no saben qué hacer, y se asientan en una cafetería nocturna para pensarlo. El problema es que no tienen ni idea de lo que ha pasado después de que se fueran, y no pueden averiguarlo porque delatarían su posición y pondrían en más problemas a los demás. Sus pensamientos quedan interrumpidos cuando les atacan dos mortífagos.

Aunque consiguen despacharlos más o menos fácilmente, la paranoia es evidente; ¿cómo les han encontrado tan rápido? Sea cual sea la respuesta, nuestros héroes tienen que proseguir con la perspectiva de que, de alguna manera, los mortífagos pueden encontrarles allá donde vayan. Es muy aterrador, y realmente parece que se han apoderado de todo.

Harry toma el control: mientras sus amigos entran en pánico, él les dirige para quitarse de encima a los mortifagos y dejarlo todo como estaba antes de marcharse para no llamar la atención de los muggles. También tiene la idea de ir a Grimmauld Place; aunque Snape puede entrar, es el único mortífago que puede, y si les pueden localizar en cualquier lugar, mejor uno en el que sepan con quién pueden encontrarse. Es una idea sólida.

Una vez allí tienen que enfrentarse a las nuevas medidas de seguridad, que dan muy mal rollo. Pasamos a otra cosa. Afortunadamente, Arthur es capaz de enviarles un mensaje para comunicarles que están a salvo, pero vigilados, y que no deben contactar. Es un gran alivio, y especialmente Ron se calma mucho después del mensaje.

Pero Harry no está tranquilo, porque la ira de Voldemort se vuelve a colar en su cabeza y tiene que ver cómo obliga a Draco a torturar a los mortífagos que les han dejado escapar. Draco no me merece demasiada lástima, pero está claro que Harry sí tiene empatía por su antiguo abusón. De todas formas, sin duda la pregunta que él, Ron y Hermione tienen en mente es la misma:

¿Y ahora qué?

Observaciones y curiosidades:
  • Los mortífagos localizaron a los chicos porque Hermione pronunció el nombre de Voldemort al decirle a Ron que todo lo que necesitan saber es que se ha apoderado del Ministerio. Los mortífagos disfrazados entran justo después, gracias al conjuro que ha puesto sobre su nombre.
  • En el original, Hermione dice que sacó sus ahorros de dinero muggle del Building Society, un conglomerado de empresas británicas que funcionan como bancos. 
  • Hermione dice que nunca ha modificado los recuerdos antes, pero lo hizo con sus padres. Puede que usara otro conjuro, o que no quisiera reconocer en alto lo que hizo. También puede ser un error de Rowling.

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