En el capítulo 10 de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte, Harry se topa sin pretenderlo con una pista importante, y empiezan a tirar del hilo para encontrar el guardapelo perdido.
Al día siguiente, Harry se despierta primero y valora la situación en la que está de forma realista: se enfrenta a una búsqueda complicada, sin pistas reales que seguir y con dos amigos que, aunque son la mejor compañía que podría desear, están empezando a descubrir sus verdaderos sentimientos hacia el otro; Harry les conoce y sabe lo que pasa mejor que ellos mismos, así que empieza a sentirse un poco solo.
A veces es mejor no cavilar demasiado en estas situaciones, y eso es lo que parece que Harry tiene en mente cuando decide dar un paseo por la casa. Mientras camina llega a la habitación de Sirius, y en su interior se encuentra todo un viaje al pasado. La foto del antiguo grupo es muy emotiva, pero la carta de Lily lo es mucho más, y es por lo normal que es.
Aunque da mucha información, realmente te crees que es una carta que Lily le mandó a Sirius después del primer cumpleaños de su pequeño, hablando de anécdotas, visitas y cosas mundanas, y eso es lo que la hace tan fuerte en su valor emocional. Harry lo piensa y se la guarda, y no es el único en darle ese valor a la carta.
Cuando Hermione aparece, los dos revisan la información obtenida de la carta, pero lo más importante lo encuentran en el antiguo ocupante de la habitación de al lado: Regulus Arcturus Black. RAB.
Voy a hacer un breve inciso para hablar de las teorías sobre RAB. Para cuando el último libro se puso a la venta, los rumores y teorías habían llegado hasta el punto de que se daba por hecho que Regulus era la misteriosa persona, y que el guardapelo era el que apareció durante la limpieza en Grimmauld Place, tal como comenté en su momento. Tengo un buen recuerdo de discutir con mis amigos si Kreacher habría conseguido robar el guardapelo o si tendríamos que ver a Harry rebuscando en un vertedero mágico o algo por el estilo. Sigo pensando que habría sido curioso ver esto último.
Así pues, cuando la teoría pareció confirmarse, muchos sonreímos con complicidad y nos felicitamos por haber podido predecir el camino mental que Rowling había trazado. Contemplamos con aires casi de superioridad cómo Hermione recordaba aquel guardapelo que vieron en la limpieza, cómo Harry dedujo que Kreacher lo habría robado, y hasta que averiguaran que Mundungus se hizo con él durante su pillaje tras la muerte de Sirius. Las pistas estaban ahí, y fuimos capaces de verlas. Lo que ninguno esperábamos es lo que vino después.
La historia de Kreacher es devastadora y planta a Regulus como una buena persona en el fondo, que está lejos de ser el cobarde sin cerebro que su hermano parecía pensar que era, y revela una faceta del elfo que le aleja del traidor sin lealtad que parecía antes: Kreacher, como los otros elfos domésticos, tiene su propia moralidad, y ofrecerá más fácilmente su lealtad hacia aquellos que parezcan mostrar lealtad hacia él.
Bravo por Hermione, que ya ha entendido que no puede forzar a los elfos a adoptar una perspectiva humana para lograr sus necesidades, sino que debe ayudarles a pedir lo que necesiten en sus propios términos. Cuando se lo hace ver a Harry, este empieza a compadecerse de Kreacher, y le entrega el otro guardapelo como símbolo de su nueva comprensión, recibiendo inmediatamente una respuesta muy positiva del elfo. Las cosas parece que van bien.
Ahora, a esperar a ver qué nos cuenta Mundungus.
Observaciones y curiosidades:
- Lo que falta de la carta se lo llevó Snape porque contenía la firma de Lily y sus abrazos. Aparte de eso contaba que Dumbledore fue amigo de Grindelwald. También se llevó la parte de la foto en la que salía Lily.
- Dumbledore tenía la capa invisible de James porque al verla la reconoció como una de las Reliquias de la Muerte, y le pidió poder examinarla.
- Gus viene de Colagusano, claro; en el original es Wormy, de Wormtail.
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