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lunes, 5 de noviembre de 2018

Capítulo 11: El soborno

En el capítulo 11 de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte, Harry y los otros reciben una visita que rápidamente se convierte en una situación incómoda, y se encuentran malas noticias.

Una vez más, nuestros héroes tienen que esperar. Aunque han conseguido una pista importante dependen de Kreacher para poder avanzar, y mientras tienen que lidiar con la presencia de mortífagos en la plaza, aunque parece que no pueden entrar, ni saben seguro si están allí.

Afortunadamente, Lupin aparece para ponerles al tanto de lo que ha sucedido en los últimos días. Es un alivio que nadie más haya muerto, pero Voldemort ha obtenido mucho poder y la comunidad mágica está aterrada e incapaz de dar un paso decisivo para luchar y defenderse.

Harry no se sorprende de que ahora él sea oficialmente el enemigo público número uno, pero su indignación ante la evidente caza de los hijos de muggles es mucho mayor, y más justa. Los mortífagos apenas se han molestado en dar una explicación vagamente coherente sobre por qué tienen que encerrar a los hijos de muggles, y eso es lo peor de todo: pueden permitírselo.

Pero Lupin no ha ido solamente a contarles qué está pasando, y ahí entra lo raro: quiere unirse a ellos en su misión. Dado lo raro que ha estado los últimos días, ninguno está muy seguro de qué está pasando, y el ex-profesor tiene que desvelar que Tonks está embarazada.

Lupin ha llegado al límite: se dejó convencer de que podía ser feliz, pero cada contratiempo aumentaba sus dudas, y ahora está convencido de que Tonks y su hijo estarán mejor sin él. Nunca más que aquí se deja ver que la licantropía es una metáfora para el SIDA y otras enfermedades similares, que durante mucho tiempo han hecho que quienes las sufrían llevaran el estigma, como los leprosos tiempo atrás. Está marcado, casi todos le tratan con recelo cuando se enteran de lo que le pasa y la idea de reproducirse y pasarle su condición a su hijo le resulta aterradora.

Lupin nunca ha parecido tan vulnerable, pero Harry no se apiada de él: su antiguo profesor es una de las personas a las que más admira, y la decepción que siente no le viene de su condición o de sus problemas, sino de las elecciones que está tomando. Para Harry abandonar a un hijo es el acto más cobarde que uno puede realizar, y no duda en dejar eso claro. Es muy duro con sus palabras, y Lupin se lo toma muy mal, pero a la larga será lo mejor que tendría que haber oído en ese momento.

Bullendo de emociones, Harry lee un fragmento de la biografía de Dumbledore escrito por Rita Skeeter, y no le ayuda a sentirse mejor. Está furioso con el director por no contarle cosas que podían haber compartido, pero también lo está consigo mismo por no molestarse en conocer a la persona tras el hombre sabio. Ahora es tarde.

La llegada de Kreacher y Mundungus le distrae de sus tribulaciones, pero la respuesta que reciben no es precisamente la más alegre: de entre todas las personas que podían haberse hecho con el guardapelo, tenía que ser precisamente Dolores Umbridge.

Esto va a ser genial.

Esta semana publicaré un nuevo texto de Pottermore. ¡Nos vemos!

Observaciones y curiosidades:
  • Para más información sobre lo que estaba pasando Lupin en este capítulo, acudid a este texto.

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