En el capítulo 11 de Harry Potter y el misterio del príncipe, Harry se tiene que enfrentar a su primera responsabilidad como capitán de quidditch, además de tener que tratar con Ron, Hermione y Hagrid.
En los días siguientes del curso, las clases de sexto se están volviendo mucho más complicadas. Se espera de los alumnos que den su máximo esfuerzo en todo momento, y que adopten responsabilidades e iniciativa. Esto se traduce en una carga de trabajo mucho mayor, en principio porque se entiende que los alumnos están en sus asignaturas porque quieren, porque desean dominarlas; que ya son adultos, básicamente.
Por supuesto, la realidad es otra, y para demostrarlo no hay que ir más lejos que a este capítulo. El sábado de la primera semana a Harry y a Ron les llegan sus ejemplares nuevos del manual de Pociones. Por supuesto, Harry no piensa desprenderse del manual de segunda mano que le está haciendo destacar en Pociones, así que les cambia las tapas para quedarse con el del príncipe y darle el nuevo a Slughorn. Es comprensible que no quiera desprenderse de un manual tan útil, pero desde luego no es nada responsable.
Eso no significa que eluda sus otras responsabilidades: durante las pruebas de quidditch actúa con autoridad, planta cara a los fans postureros y a McLaggen, es justo en su elección y escoge a los aspirantes más hábiles. No se puede decir lo mismo de Ron o Hermione.
A Ron le está volviendo el yuyu del curso anterior, y tener que probar su habilidad frente al resto del colegio y contra otros aspirantes (seguramente muchos más que el año anterior) no le está ayudando nada, como tampoco lo hace que Hermione empiece a enumerar los puntos fuertes de Harry mientras pasa olímpicamente de él.
No es que Hermione no tenga en cuenta a Ron, al contrario, pero ella también actúa de manera inmadura aquí. Cuando Lavender empieza a mostrar interés por él, y este lo disfruta (cosa lógica, más después de sentirse menospreciado en el desayuno) Hermione se enfada y se va a las gradas sin desearle suerte, y no le anima abiertamente, sino que hechiza por la espalda a su oponente para que tenga una oportunidad.
No me malinterpretéis, McLaggen no debería estar en el equipo (ni en este ni en ninguno), pero tiene tanto derecho como cualquiera a una prueba justa, y Hermione se la ha negado porque no es capaz de animar a Ron como una persona normal. Además, ahora se siente culpable y tiene celos de Lavender por llamar la atención de Ron. Mala cosa.
Cuando llegan a la cabaña de Hagrid, parece que el guardabosques está teniendo un berrinche porque sus amigos han dejado su asignatura, lo que es bastante triste. Bueno está que Harry, Ron y Hermione hagan estupideces, tienen dieciséis años, pero Hagrid es un hombre hecho y derecho, y querer que sus amigos sigan con su clase cuando no les reportará un beneficio laboral y ya tienen bastante con lo que tienen es muy egoísta.
Sin embargo, pronto queda claro que su actitud reciente se debe a la enfermedad de Aragog, su compañero monstruo más antiguo (aunque algo de rencor por lo de su clase sí que hay). Los dos llevan juntos más de medio siglo, y Aragog sin duda valora a Hagrid tanto como Hagrid a él. Es una relación que el resto de personas tendrá dificultades para entender, pero para Hagrid significa mucho. Por suerte, no pide a los chicos que le ayuden a cuidarlo, reconoce el peligro (y si lo reconoce es que la cosa está chunga de verdad).
Cuando vuelven al castillo, Slughorn aborda a Harry y a Hermione para invitarles a una fiestecilla de las suyas, ignorando a Ron, que se enfada otra vez; el enfado de Ron enfada a Hermione; y Harry se tiene que aguantar cuando sus indicios contra Draco no le llevan a nada y resignarse a coger gusarajos podridos sin guantes.
Va a ser una constante en este libro.
Observaciones y curiosidades:
- El conjuro aguamenti, que crea agua, viene de la palabra española "agua" y mens, que significa "mente" en latín.
- En el original, cuando McLaggen se queja de que Ginny se lo ha puesto fácil a Ron, Harry le responde que fue con su lanzamiento cuando Ron casi falla en la parada.
- En el original, Hagrid no dice que las larvas gigantes no se conviertan en nada, sino que no se van a convertir en nada porque Aragog se las va a comer.
- En la traducción se dice que Ron casi no escapa con vida de Aragog la última vez que la vieron, omitiendo a Harry. En el original sí se le menciona.
- En el original, cuando Hermione pregunta si pueden hacer algo se dice que está ignorando las muecas frenéticas de Ron, que está negando con la cabeza para que no lo haga.
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