En este primer capítulo no hay mucho contenido, es en su mayor parte un recordatorio de los eventos sucedidos en el libro anterior, por si alguien comienza con este. Resulta bastante molesto en ocasiones, sobre todo en una lectura continuada, pero hay que tener en cuenta que estos primeros libros están indicados a un público más infantil. Por suerte Rowling acabó dejando esta costumbre.
Si es siquiera posible, la situación de Harry con los Dursley es aún peor que antes, puesto que ahora le tratan como a un paria y como a un desequilibrado, todo a la vez. La verdad es que me cuesta tomarme en serio que se crean lo de que Harry supuestamente pueda hacer magia cuando quiera, pues todas sus cosas mágicas están fuera de su alcance y no ha hecho nada mágico en todo el verano; si hubiera podido hacer magia, ya la habría usado contra ellos. Además, Petunia debería saberlo de cuando Lily estudiaba en Hogwarts; es muy raro.
Antes de pasar a Harry quiero hacer otra observación sobre los Dursley: es su obsesión por la normalidad, que aún me sigue sorprendiendo. Se esfuerzan tanto en ser normales que, irónicamente, acaban pareciendo más raros que la gente a la que desprecian. Por ejemplo, planear durante dos semanas una cena de negocios hasta el punto de las conversaciones y las horas no me parece muy normal, y acaba siendo todo muy rígido. Eso sí, me pregunto si Vernon hubiera conseguido el contrato en caso de que Dobby no hubiera hecho lo suyo.
No es de extrañar que Harry se sienta deprimido; después de haber estado tan feliz en Hogwarts durante varios meses lo considera su casa real: allí ha tenido todo lo que siempre ha buscado, y se ha visto obligado a dejarlo atrás, eso es siempre doloroso. Como dice el dicho, duele más conseguir algo y perderlo que no haberlo tenido nunca.
He vivido situaciones similares; tienes miedo de que lo que has conseguido desaparezca para siempre y te mueres por algo, lo que sea, que te recuerde que tienes amigos y un sitio al que volver. Cuando más tardas en saber algo, más aumenta la desesperación. Que sea su cumpleaños y todo siga igual solo agrava las cosas. Sería curioso suponer cómo habría sido el verano de Harry si Dobby no hubiera interceptado sus cartas. No es una buena presentación para el nuevo personaje.
La semana que viene hablaré más de Dobby, un personaje muy interesante. ¡Nos vemos!
Observaciones y curiosidades:
- En el original Vernon no le grita a Harry por asustar a Dudley, sino por supuestamente amenazarle.
- El falso conjuro que Harry usa para asustar a Dudley no es abracadabra en el original, sino hocus pocus y otras palabras inglesas que más o menos significan "engaño o cosa ilusoria".
- Al final del capítulo, en el original Harry no se echa en la cama, sino que se prepara para hacerlo (y no puede porque ya hay alguien sentado). Me está costando mucho encontrar algo que poner en esta sección en este capítulo, así que ya paro aquí. ¡Hasta la semana que viene!
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