En Harry Potter y el legado maldito, Harry y los otros buscan a Albus y Scorpius, mientras que Delphi lleva a cabo su plan.
Después de descubrir que sus hijos no están en Hogwarts, Harry, Ginny y Draco van a avisar a Hermione al Ministerio, donde ella y Ron están teniendo un momento romántico. En este libro Ron ha sido objeto de burla por su aparente inutilidad y su nueva bufonería, pero por contra deja claro que su sensibilidad es mucho mayor, y tras reflexionar sobre los acontecimientos decide proponerle a Hermione una renovación de sus votos. Es un momento pequeño pero muy dulce.
Gracias a una observación casual del pelirrojo el grupo descubre que Delphi está con los chicos, y se enfrentan a Amos, para descubrir que no es una Diggory; fingió serlo y cuidar del anciano para manipular a Albus y que cambiara el pasado, usando un encantamiento confundus para alterar la mente de Amos y sus compañeros y cuidadores. Sabiendo esto, ¿qué parte de su resentimiento es suya propia? En esta ocasión saluda a Harry y a sus amigos con aparente efusividad, así que permanece la duda.
Entre tanto, Delphi lleva a sus cautivos al campo de quidditch y les cuenta su plan: va a viajar a la tercera prueba y obligar a Albus a humillar a Cedric, para que el futuro en el que Voldemort triunfa vuelva a suceder. Pero ¿por qué necesita que sea Albus quien lo haga, en vez de realizarlo ella misma? Por una profecía.
No se nos dice quién realizó esa profecía, ni por qué sólo la conoce Delphi. Es un medio bastante burdo para complicar el plan de la villana, porque si ella misma hubiera podido robar el giratiempo y alterar el pasado por sí misma no habría tenido que contar con la ayuda de unos adolescentes. Ahora que la farsa se ha descubierto tiene que recurrir a la intimidación para lograr su objetivo, porque no concibe la posibilidad de que su objetivo se cumpla si la profecía no lo hace.
Un asunto interesante de la profecía es la referencia al "otro", que es como llamó Voldemort a Cedric cuando ordenó su muerte, y que se menciona en la profecía. Delphi lo interpreta como que el "otro" debe ser salvado, una persona que, lejos de ser alguien inservible, posee una importancia capital para la historia. Por contra, Craig, que tiene la mala suerte de aparecer en este momento, se convierte en el "otro" de esta historia, una terrible demostración de que a ella Cedric no le importa, sólo le interesa la importancia que su papel ha cobrado en este momento.
Por supuesto, ninguno de los dos chicos está dispuesto a ayudarla, así que Delphi recurre a amenazar a Scorpius para que Albus realice el trabajo. Lo interesante del asunto es la actitud de Scorpius; razona que tanto si cumplen con lo que les dice como si no les matará, y después de haber visto cómo será el mundo si ella tiene éxito está más que dispuesto a morir si con eso desbarata los planes de su enemiga. Albus vacila a la hora de aceptar el sacrificio de su amigo, pero finalmente los dos unen fuerzas para enfrentarse a Delphi, sabiendo que pueden perder la vida.
Su actitud es desafiante y sardónica, en contraste con la arrogancia y confianza desmedida de una Delphi que, a pesar de tenerlo todo en contra, cree ciegamente que conseguirá sus objetivos porque está destinada a ello. Transporta al grupo al pasado antes de tenerlo todo bien atado sabiendo que sólo tiene cinco minutos, y cuando queda claro que los chicos no van a ayudarla pase lo que pase insiste en que tiene el control de la situación, cuando no es así, y es reducida por la aparición repentina de, de entre todas las personas, Cedric Diggory, nada menos.
Cedric, en contra de las acciones que ha realizado en otras líneas temporales, es tan bueno y agradable como siempre, y ayuda a Albus y a Scorpius sin pensar en qué están haciendo allí. Pronto supone que son parte de una prueba del laberinto, y libera a los chicos cuando estos le siguen el juego. Podrían en aquel momento haberle advertido de que no cogiera la Copa; quizás ese cambio no habría sido tan drástico. Pero han aprendido que el pasado debe dejarse como está, y le hacen irse después de asegurarle que su padre le quiere. Han aprendido mucho.
Quien también ha aprendido algo, lamentablemente, es Delphi. Scorpius le hizo ver que confiar en una profecía para cambiar su destino es absurdo, pues obligar a los participantes a cumplir los eventos de la profecía supone que esta no tiene ningún poder para hacer que se cumpla. Ahora que su último plan desesperado ha fallado (aunque no quiera admitirlo), decide tomar las riendas del asunto ella misma y viaja más atrás en el tiempo, llevándose a los chicos con ella sin pretenderlo. Inmediatamente los abandona allí y se marcha sin contarles lo que piensa hacer ni decirles en qué época están.
Al final parece que se ha convertido en una villana como es debido.
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