Después de escapar del Expreso de Hogwarts, Albus y Scorpius se van a la residencia donde vive ahora Amos. Quiero llamar la atención sobre este entorno, que aunque se ve muy poco supone un gran interés para mí.
Especialmente ahora que el foco de la franquicia se ha alejado de los magos jóvenes, hemos visto cómo la magia se usaba cada vez de forma más utilitaria, como un medio y no como un fin, como si fuese algo que se da por hecho (y la mayoría de los magos adultos lo verán de esa manera). Aquí, los magos y brujas jubilados pueden dar rienda suelta a sus poderes sin necesidad de cumplir un objetivo. Es caótico, pero también es fascinante.
Y, a pesar de todo, Amos no participa de esta algarabía. Sabemos que Delphi le está manipulando, pero no recuerdo cómo lo hacía y estoy bastante seguro de que su rencor y su mala uva son totalmente suyos. Quiero decir, si te encuentras a dos chicos de catorce años que están dispuestos a ayudarte y crees que es algún tipo de trampa sólo por sus apellidos, no sé qué decirte. Lo único que puedo argumentar es que Amos ya no piensa como solía por la edad.
Por otro lado, Albus asegura que quiere recuperar a Cedric porque él fue "el otro", y sabe lo que es sentirse desplazado. Hasta cierto punto lo puedo entender dada sus situación en Hogwarts, pero me cuesta un poco, sobre todo porque está arrastrando a Scorpius a su plan loco sin ni siquiera contarle nada. Y no es el más indicado para hablar de quién es importante y quién no, cuando él también rechaza a los demás de plano.
Dicho esto, puede que sus convicciones no sean las más lógicas o las más altruistas, pero sin duda son fuertes, y pretende llegar hasta el final con este objetivo que se ha planteado hace dos horas. Los dos amigos y Delphi van al Ministerio y se toman una poción multijugos que Delphi ha preparado de forma conveniente y les echan los pelos de Harry, Ron y Hermione, que también tienen de forma conveniente, para transformarse en ellos y conseguir ese giratiempo. Veremos cómo les va.
Y hablando de nuestro trío, les encontramos cenando juntos con Ginny y preguntándose por todo lo que está pasando. Ginny y Hermione no están muy contentas con la actitud de Malfoy, pero Harry es comprensivo, achacando su comportamiento a la muerte de Astoria. Aunque lo que dice es verdad, la postura de Malfoy me parece exagerada, sobre todo respecto a un rumor ridículo que no parece tan grave (aunque supongo que existirán efectos psicológicos que no hemos visto).
Por suerte, tenemos a Ron, que en su madurez parece haberse vuelto más payaso de lo que ya era, que ya es decir. No me quejo, Ron me ha hecho tener una de las risas más sinceras de este libro con sus tonterías; claramente la vida con George le ha hecho bien como contrapunto a la vida con Hermione; seguro que a George también le sienta bien trabajar con su hermano. El humor aporta una levedad a las situaciones complicadas, y muchas veces es muy importante.
Aunque ahora no es momento de reírse, porque los mayores se han enterado de que los peques se han dado el piro. Ya verás qué castigo les va a caer.
Observaciones y curiosidades:
- En el original, Ron llama a Ginny "la flacucha" (Skinny Ginny).
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