En el capítulo 33 de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte, Harry se refugia del horror de la vida real mediante los recuerdos de Snape, pero lo que encuentra es mucho peor.
La muerte acecha. Mientras Harry se queda junto al cadáver de Snape, intentando reconciliar sus sentimientos negativos por él con lo que acaba de presenciar y los últimos momentos del profesor, Voldemort anuncia un alto al fuego, supuestamente para permitir que los defensores descansen y lloren a sus muertos, pero en realidad es una advertencia a Harry para que dé la cara. Otro error, pues en ese tiempo podrán llegar refuerzos mientras se corre la voz de lo que está sucediendo en Hogwarts.
El trío, sin saber cómo continuar, vuelve al castillo, y se tiene que enfrentar a la realidad de que la batalla ha dejado numerosos heridos y muertos. La muerte de Fred aún pesa como una losa, pero las de Lupin y Tonks son, si cabe, peores. Después de todo lo que habían pasado para poder estar juntos, de haber tenido un hijo y aspirar a una vida mejor, ahora les ha sido arrancada por una guerra cruel y sin sentido, que ha dejado huérfano a un recién nacido.
Harry no puede soportarlo. Por más que le hayan dicho lo contrario, siente que esta guerra se está luchando por él, y no se ve capaz de enfrentarse a las miradas de los heridos, de los que han perdido a seres queridos; aún peor sería oír de ellos que no es culpa suya, que sabían dónde se metían y que luchaban por algo digno. Tiene que huir, no quiere estar allí, y los recuerdos de Snape son un lugar tan bueno como cualquier otro para esconderse.
Para su sorpresa (y la del lector), Harry aterriza en la infancia de Snape, que compartía nada menos que con su madre y su tía Petunia. Lily y Severus iniciaron una amistad basada en la realización de que ambos sabían usar la magia, al contrario que sus vecinos, aunque ya entonces se notaba que Severus estaba prendado de Lily. Sus intentos de impresionarla con sus conocimientos de magia, y el hecho de que dejara a un lado sus prejuicios contra los muggles por ella exclusivamente, así lo demuestran. Era un amor que podría haber florecido en algo hermoso en otras circunstancias.
Hago un inciso para hablar de Petunia; se puede ver la envidia que le invadía al ver a su hermana realizar hazañas tan extraordinarias, y más aún cuando el chico al que ella consideraba inferior de forma clasista podía realizarlas también, y ella no. Un intento desesperado y abocado al fracaso de poder estudiar en Hogwarts como Lily llevó a la separación definitiva de las dos hermanas, con Petunia esforzándose por considerar a su hermana un bicho raro, para así no tener que sentirse inferior e impotente. Una historia real como la vida misma, en el que tantas personas han tratado a sus semejantes como animales porque en realidad se sentían inferiores a ellos.
Es curioso que tanto Severus como James desplegaban conductas similares, y realmente Petunia no era tan diferente de ellos: James fue burlón y cruel con Severus desde un principio porque se dio cuenta de que era amigo de Lily, la chica que le había gustado desde que la conoció; que Severus acabara en Slytherin y demostrara ser afín a las artes oscuras sólo le supuso una excusa conveniente para atormentarle sin descuidar su imagen.
En cuanto a Severus, sus prejuicios hacia los muggles y los hijos de muggles podrían haber llegado a desaparecer con la influencia continua de Lily, pero en su lugar tuvo la influencia de compañeros de Slytherin con mentalidades similares (hola, Lucius) que le hicieron arraigar esas concepciones para encajar en el grupo, y nunca se libró de ellas del todo. Por su parte, darse cuenta de que el odiado James estaba por Lily le hizo ir a por él y su grupo con tanto ahínco como ellos iban a por él.
Lily se quedó en medio de dos jóvenes locos por ella pero que eran incapaces de dejar a un lado su orgullo y sus prejuicios para caerle bien, y en su lugar trataban mal al otro para que quedara por debajo y ganar por descarte. Ella no tenía problemas en dejar claro lo que le parecía mal, especialmente a Severus, que era su amigo y a quien tenía en alta estima, pero las acciones y la negativa a cambiar de verdad de Severus le llevaron a perder a la persona que más quería, mientras que James entendió la situación eventualmente y se esforzó por mejorar.
Decir que Severus también entendió qué había hecho mal y que se esforzó por cambiar después sería erróneo; él nunca dejó atrás sus prejuicios y su amor por Lily quedó contaminado para siempre por el rechazo y el odio que sentía hacia James, un odio que cada vez tenía menos sentido; sin nada más en su vida que sus "amigos", Snape se convirtió en un mortífago y sirvió a Voldemort hasta que su camino se cruzó de nuevo con el de Lily y James de la peor forma posible.
Desesperado, Snape tomó la decisión de hacer todo lo que fuera necesario por garantizar la vida de Lily, ya fuera rogar a Voldemort por ella o traicionarle y aliarse con Dumbledore si hacía falta. Quizás, que se quedara con el segundo tras la muerte de ella fue más por conveniencia que otra cosa; quizás es posible que Voldemort perdiera la lealtad de Snape al matar a Lily después de prometer que no lo haría. Ya no veía el final, pero Dumbledore, consciente de lo que Harry tendría que hacer en el futuro, manipula a Snape para que le proteja.
Sí, he dicho manipula; aprovechando los fuertes sentimientos de Snape por Lily, Dumbledore apeló a ellos para que accediera a proteger a Harry, a pesar de ser también el hijo de James y llegar a ser idéntico a él en apariencia. Snape aceptó, y comenzó así a virar entre el odio por James y el amor por Lily, representados ambos en Harry, llevando a una relación de lo más rara.
Rowling aprovecha los recuerdos siguientes para rellenar huecos en la historia, de una forma más o menos afortunada. En el proceso, Snape acaba desarrollando una gran lealtad y confianza hacia Dumbledore, lo que hace más devastador el hecho de que el director le pida que lo mate. Al final, resultó que el asesinato de Dumbledore no fue un acto cobarde y traicionero, sino el cumplimiento leal de una orden por parte de un hombre que lo ha perdido todo, y que al cometer el asesinato está acabando con la única persona que le tenía en buena consideración.
¿Y todo por qué? Para que Harry pueda cumplir su función: destruir los horrocruxes de Voldemort y sacrificar su vida para acabar con el último, que se encuentra en su interior. La concepción de dejar que un niño crezca y se desarrolle sólo para que acabe con su vida en el momento preciso es horrible y devastadora, aunque queda claro que hay algo más en el plan de Dumbledore, que insiste en que es Voldemort quien tiene que ejecutar el crimen para que todo resulte.
Snape podría haber abandonado a Harry y a la Orden y haberse quedado en el círculo de Voldemort en una posición acomodada, pero al final hizo lo que tenía que hacer, demostrando una gran lealtad. No me cae bien Snape, y los eventos de este capítulo no me llevan a desdecirme, pero al menos puedo concederle eso.
La cuestión ahora es ¿hará Harry lo que se supone que tiene que hacer?
Observaciones y curiosidades:
- Esto no es muy importante, pero me ha parecido curioso: cuando Lily hace que la flor abra y cierre sus pétalos, en el original Petunia la tiene en la mano, mientras que en la traducción Lily la tiene en la suya. Esto hace el efecto de que en la traducción Petunia se asusta de la flor cuando no la está tocando, y que Lily la aplaste en respuesta, cuando en el original es Petunia quien lo hace tras asustarse.
- Justo después la traducción dice que la flor se mantiene flotando encima del suelo, como si Lily la estuviera manipulando; sin embargo, en el original lo que dice es que Petunia mantiene la mirada en la flor, que está tirada en el suelo.
- En el original, Snape no pregunta al descubrir a Petunia espiando: "¿Quién nos espía?", sino "¿Quién está espiando ahora?", en referencia a la acusación de Petunia de que él las estaba espiando la vez anterior.
- Por supuesto, Dumbledore se puso el anillo porque se dio cuenta de que era la Piedra de la Resurrección, y en su impulso de usarla se olvidó de las precauciones que había tomado.
- El mítico "always" que tanto ha conmovido y conmueve a los fans de Snape no está en la traducción como "siempre", su versión literal española. En su lugar, Snape dice "sí, después de tanto tiempo". Yo creo que no hay tanta diferencia, pero apuesto a que alguno de los que me leen no estará de acuerdo.
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