En el capítulo 19 de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte, el plan de Dumbledore al fin se pone en marcha, y nuestros héroes al fin consiguen avances.
¿Cuántas veces se ha preguntado Harry por las intenciones de Dumbledore para él y para los demás, y qué era lo que pensaba de ellos? Ahora cree que no le quería, que no se molestó en decirle nada más que lo indispensable, y tiene razón en eso último, pero si algo queda claro en este capítulo es que Dumbledore conoce muy bien a sus aliados y sabe cómo actuarán en determinadas circunstancias.
Desde un principio hizo que Snape guardara la espada de Gryffindor en secreto, y que se la pasara a Harry sin ser reconocido mediante un acto de gran valía. El problema es que el trío se ha ocultado tan bien que Snape ha tardado meses en localizarles; cuando finalmente cometen un descuido, aprovecha para cumplir su misión lo antes posible.
El porqué supuso Snape que su patronus atraería a Harry hacia donde había escondido la espada es algo que no puedo deducir. Es posible que, sabiendo que Lily usaba el mismo patronus, creyese que Harry también tenía esa información; puede que pensara que bastaba con una demostración de magia no maligna para llamar su atención. En cualquier caso, su plan tuvo éxito.
Por otra parte, su idea de que Harry se sumerja en una charca helada para recoger la espada me da un repelús inimaginable. Puedo ponerme en su pellejo en esa situación y ya me da algo sólo de pensarlo. Aún peor, lo que debía ser sumergirse sin más se convierte en un peligro mortal por culpa del dichoso guardapelo. ¡Qué manía de llevarlo colgando!
Por suerte, Ron consigue volver en ese momento, y le salva la vida a Harry. No sé si Dumbledore planeó que volviera en ese momento preciso (lo dudo mucho), pero está claro que hay algo de providencial en que los dos amigos vuelvan a juntarse en ese preciso momento. Harry parece entenderlo así, porque decide con firmeza que debe ser Ron quien destruya el guardapelo.
Aquí es donde llegamos al culmen del desarrollo de Ron. Desde un principio, él siempre se ha sentido como un segundón, incapaz de destacar en nada, ya sea en su familia o entre su grupo de amigos. Según ha ido avanzando la saga, Ron ha realizado grandes cosas y ha demostrado su valía, pero aún mantiene ese complejo de inferioridad, que le bloquea en los peores momentos. El guardapelo, para salvarse, le pone frente a esos complejos, ante la posibilidad de que sus peores temores sean ciertos, que su madre le quiera menos que a sus hermanos y que la chica que le gusta prefiera a su mejor amigo.
Y, con todo eso en su cara, Ron es capaz de sobreponerse y acabar con el horrocrux, demostrando que no es ningún segundón, y que está dispuesto a dejar de creerse inferior a los demás. La afirmación de Harry de que los actos heroicos quedan mejor contados que protagonizados (que, él bien lo sabe, es totalmente cierta) asienta esta nueva mentalidad positiva de Ron. Observad que en ningún punto se asusta o duda en su discusión con Hermione, sino que se mantiene firme y cuenta su versión sin tapujos.
Y menos mal, porque Hermione está muy furiosa con Ron. Tiene sus motivos, pero la verdad es que me cuesta ponerme de su parte cuando tanto Ron como Harry lo están llevando todo con mucho más aplomo. En cualquier caso, nuestro trío al fin se ha juntado de nuevo, y están avanzando en su misión, con el conocimiento de que les apoya alguien, aunque no sepan quién.
¿Qué pasará ahora?
Observaciones y curiosidades:
- El anillo resquebrajado con el que sueña Harry debe ser el de Sorvolo.
- Por supuesto, los pasos y voces que oyeron Harry y Hermione por la noche eran los de Ron. El chivatoscopio no se activó porque no es un enemigo.
- Observad que Hermione le dice a Harry dónde están mientras tiene el bolso abierto. Fue así como Phineas Nigellus se enteró de su localización y se lo hizo saber a Snape, que puso en marcha su plan.
- Las características de los de Gryffindor que Harry recuerda provienen de la primera canción que le oímos al Sombrero Seleccionador, en La Piedra Filosofal.
- Me da por pensar en cuándo se fue Snape, porque está claro que querría asegurarse de que Harry consiguiera la espada. Conociéndole, es probable que disfrutara viéndole meterse en una charca helada.
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