En el capítulo 21 de Harry Potter y el misterio del príncipe, Harry descubre al fin dónde se oculta Malfoy, aunque eso no le deja más cerca de averiguar qué está tramando.
No pasa mucho en este capítulo, pero eso es bueno. Entre tanto acontecimiento, nos permite pararnos un momento y apreciar cómo están las cosas.
Empezamos con una de las clásicas conversaciones del trío en la sala común, que no se daban desde quién sabe cuánto ya. Harry cavila alguna forma de sonsacarle a Slughorn su recuerdo y se pelea con Hermione por el Príncipe Mestizo una vez más, mientras que Ron se pelea con una redacción para Snape. Un ambiente idílico.
En ese momento vuelven Dobby y Kreacher a hacer su informe, de nuevo contrastando de manera divertida las personalidades de los dos elfos. Con sus datos, Harry se da cuenta de que Malfoy está usando la Sala de los Menesteres para ocultar sus actividades (reparar el armario evanescente), y de esta forma consigue una nueva obsesión: averiguar qué está haciendo allí.
A partir de aquí el capítulo es una cuestión de imaginar: primero, cómo han sido las clases de Defensa con Snape hasta ahora. No hemos visto mucho, pero sabemos que ahora que Harry está bastante avezado en la materia no duda en contestar al profesor si lo cree necesario, con lo que las clases tuvieron que ser entretenidas. No me basta con el tema fantasmas-inferi: lo que quisiera haber visto es la discusión sobre la mejor forma de ahuyentar a un dementor. Eso sí que hubiera sido épico de ver.
Otro momento que sería divertido imaginar es el desarrollo de las clases de aparición; Hermione ya lo está dominando y Harry se lo toma con calma porque no se puede examinar hasta junio, pero Ron lo está teniendo difícil y se siente presionado porque no quiere suspender la primera vez cuando Fred y George no lo hicieron. El golpe bajo e injustificado de Snape no ayuda (aunque eso no justifica lo cruel que es Ron después con Myrtle).
También hubiera sido interesante ver cómo fue la práctica en Hogsmeade; tal como dice Harry, sería más interesante que leer cómo los alumnos intentan meterse en un aro en el suelo. Estaría guay saber cómo se manejan Ron y Hermione sin Harry, pero estamos anclados a nuestro protagonista, así que en vez de eso nos toca ver cómo da vueltas sin rumbo delante de una pared, una metáfora perfecta de lo que está haciendo este curso.
Lo único interesante de ese momento es la aparición de Tonks, aparentemente para ver a Dumbledore. Harry hace algún intento por animarla, pero no sabe en realidad qué es lo que le ocurre. Tonks está sufriendo porque Lupin está infiltrado entre los hombres lobo, un trabajo peligroso, y está evitando comunicarse con ella. Sin duda quiso ver a Dumbledore para que le informara de cómo estaba.
Parece que no se nos permite ver las cosas interesantes, ya sean de Draco, Snape, Ron, Myrtle, Hermione, Tonks, Dumbledore o Lupin, y Harry se queda con lo más aburrido. Por suerte las cosas se van a poner de lo más entretenidas.
Observaciones y curiosidades:
- En el original, Ron escribió "augurio" (augury) empezando con org, con la implicación de que había escrito orgy (orgía). En la traducción eliminan cualquier posible doble sentido, cambiando el error por uno ortográfico con H.
- El dugbog que escribe Ron en vez de dementor es una criatura mágica muy parecida a una raza de perros, pero con cola doble. Los magos suelen cortarle una para que pase desapercibido.
- Por supuesto, el chico al que Myrtle esperaba no es otro que Malfoy.
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