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lunes, 5 de junio de 2017

Capítulo 16: Reunión en Cabeza de Puerco

En el capítulo 16 de Harry Potter y la Orden del Fénix, Harry, Ron y Hermione llevan a cabo el proyecto de clases particulares de Defensa, con más éxito del esperado.

Al mes de empezar el curso, las cosas se han estancado bastante: Harry ya se ha quitado de encima los castigos con Umbridge, Ron va mejorando en los entrenamientos y los dos pueden llevar al fin sus deberes al día.

Ahora que las cosas están más calmadas Hermione vuelve a proponer formar un grupo para aprender Defensa, y Harry ya no está tan en contra después de haberlo pensado por su cuenta. Para evitar que Umbridge se entere demasiado pronto, deciden aprovechar la salida a Hogsmeade y juntar a todos los que quieran participar.

La idea es buena, pero como le pasa a menudo a Hermione la ejecución flojea. Al evitar el pub al que va todo el mundo para ir a uno menos concurrido, se asegura de que su abultado grupo llame más la atención, y que los pocos parroquianos que estén allí se enteren de todo, algo que en Las Tres Escobas se podría haber evitado.

Dejando eso a un lado, es bonito ver cuánta gente aparece. La mayoría son conocidos a los que cabría esperar, pero también hay algunos de los que sólo conocíamos el nombre, y otros personajes nuevos.

Si fueron allí porque​ querían luchar, para aprobar los exámenes o por simple curiosidad, no importa realmente. Lo que importa es que se fían lo suficiente de Harry como para dejar que les enseñe, y están al menos dispuestos a escuchar su versión.

Harry, que había estado bastante enfadado con el mundo estos últimos capítulos, no puede evitar sonreír y sonrojarse al oír a sus compañeros hablar de sus aventuras y expresar su admiración y su deseo de aprender lo que él quiera enseñarles.

Aunque no todos comparten​ los mismos objetivos ahora mismo, está claro que este es el comienzo de algo muy grande, más que cualquiera de ellos, y que crecerá más de lo que hubieran podido imaginarse aquella tarde.

No quiero terminar la reseña sin hablar bien de Hermione, que a pesar de su desliz en la elección del local y de su poco ortodoxa maniobra del pergamino embrujado está a tope en este capítulo: no sólo tiene la idea y lo organiza todo, sino que modera la reunión con buen pie, trata de no darle importancia a que Ginny tenga novio para que Ron lo lleve mejor (sin éxito, pero buen intento), y apoya a Harry con Cho al mismo tiempo que va allanando el terreno para Ginny por si acaso. Impresionante.

Observaciones y curiosidades:
  • El hombre vendado del Cabeza de Puerco es Willy Widdershins, el culpable de los inodoros regurgitantes que estaba investigando Arthur en verano, y que se chivará a Umbridge para conseguir un trato de favor en el juicio.
  • Asimismo, la bruja del velo es Mundungus, disfrazado para vigilar a Harry. Dado que Aberforth está ahí, no está muy claro por qué tenía que estar vigilándole en ese momento, pero bueno.
  • Como ya he dicho, el dueño del bar es Aberforth, el hermano de Dumbledore. Las pistas están ahí, como el olor a cabra y que a Harry le suene su cara, similar a la del director.
  • En el original, cuando Zacharias acusa a Harry de escaquearse, la narración menciona que Ron parece tomárselo como algo personal (ya que 'escabullirse' se dice weasel), y cree que lo ha dicho de esa manera a propósito.

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