En el capítulo 35 de Harry Potter y las Reliquias de la Muerte, Harry se despierta en un extraño limbo entre la vida y la muerte, y allí se encuentra con alguien de lo más inesperado.
La exposición de Dumbledore ha sido un clásico de la saga desde el principio. Al final de cada libro el director hablaba con Harry y respondía a algunas preguntas que habían quedado en el aire, y dejaba algunos cabos para más adelante. Su muerte no iba a cambiar eso; al fin y al cabo, han pasado cosas muy raras que merecen una explicación.
Recapitulemos: Harry se ha sacrificado para destruir el horrocrux que había en su interior y no se ha defendido del ataque. Sin embargo no ha muerto, sino que se encuentra en un espacio misterioso, fuera de la vida y de la muerte. Una estación, un lugar de tránsito.
Allí Harry se encuentra con dos seres: uno es una criatura repulsiva, que representa la parte de Voldemort que ha sido expurgada, o el destino final de Voldemort cuando llegue el fin de sus días. Tal vez ambas. Nunca se explica realmente, pero algo está claro: hacer todo lo posible para evitar la muerte y enfrentarse a ella con valor dan lugar a destinos muy diferentes.
El otro ser es un pletórico Dumbledore, orgulloso de Harry por su valentía. ¿Pero es realmente Dumbledore? Bien podría ser una recreación formada por el pensamiento de nuestro héroe, igual que la túnica que hace aparecer. Leyendo entre líneas, sigo sin estar seguro de que haya alguna parte en la conversación que no pudiera deducir nuestro héroe por su cuenta, o información que no tuviera ya.
En cualquier caso, este Dumbledore ofrece una explicación a el por qué Harry no está muerto: al restaurar su cuerpo con su sangre, Voldemort se añadió a sí mismo a la protección creada por Lily, impidiéndole matarle a sangre fría. Sin embargo, el fragmento de alma de Voldemort no estaba incluido en esa protección, y ya no está con Harry.
Menos satisfactoria es la explicación de que la varita de Harry actuara por su cuenta contra Voldemort. Que por algún motivo la varita de Harry absorbiera parte del poder de Voldemort pero que sólo pudiera usarlo contra él me parece bastante rebuscado. En fin.
Por supuesto, Harry también desea respuestas de otro tipo, y si algo me hace convencerme de que estamos ante el verdadero Dumbledore es esto. El anciano sabio desnuda su alma ante el joven y se revela como un hombre arrepentido y temeroso de sí mismo, de lo que podría hacer con tan solo un poco de poder. Da la impresión de que ha llegado a ver sus grandes capacidades mágicas y mentales no como un don sino como una maldición, una rémora que podría hundirle en la maldad al menor descuido. Parece que toda su vida de bondades era al menos en parte una forma de evitar caer en la tentación de nuevo.
Dumbledore no tiene más que cumplidos para Harry, que se ha enfrentado a cosas mucho peores que él y ha salido de ellas más sabio y fuerte, sin dignarse siquiera a concebir caer en el mal. Dumbledore, a quien tantos consideraban como el paragón de la bondad y la habilidad, creía desde hace tiempo que muchas otras personas, y especialmente Harry, eran mejores que él.
Ante esta confesión, Harry, que ya le había perdonado por su secretismo pero que parecía dispuesto a leerle la cartilla, no puede estar enfadado y se dedica a apoyar a su mentor, a asegurarle que fue una gran persona y que dejó atrás sus errores, errores que por otra parte sólo dejan claro que era humano e imperfecto, igual que el resto de las personas.
Resueltas las dudas y contento de haber podido hablar con Dumbledore de igual a igual, Harry debe decidir: marcharse y dejarlo todo atrás, lo bueno y lo malo, o volver a la lucha, y enfrentarse a la pérdida con la esperanza de que todo pueda salir bien en el futuro. Por supuesto, sabemos que luchará, y tiene de su parte una gran ventaja: el conocimiento.
Acabemos con esto.
Observaciones y curiosidades:
- En el original no está claro quién dice que Grindelwald intentó asegurarle a Voldemort que nunca tuvo la Varita de Sáuco. Por el contexto, me inclino por Harry, que obtuvo esa información al ver lo que veía Voldemort, pero en la traducción es claramente Dumbledore quien lo dice.
No hay comentarios:
Publicar un comentario