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lunes, 30 de julio de 2018

Harry Potter y el misterio del príncipe: la película



La película de Harry Potter y el misterio del príncipe se estrenó originalmente el 7 de julio de 2009. Fue dirigida una vez más por David Yates, y es la primera película en estrenarse después de que la saga de los libros concluyera.

Esto se deja ver en el transcurso de la película, que sabe lo que viene después y dedica el tiempo necesario para prepararse y establecer un ambiente apropiado. El filme consigue reflejar los tiempos oscuros en los que viven los personajes, aunque el tono es más humorístico que el del libro.

El único personaje nuevo de relevancia es Horace Slughorn, interpretado por Jim Broadbent. Su Slughorn es menos campechano que el de los libros, y más melancólico debido a los años de viajar de un lado a otro. Aquí parece menos aprovechado, y su negativa a entregar su recuerdo está pintada de manera más simpática. Se nota mucho que le atormenta lo que dijo aquella noche, mientras que en el libro es más un oscuro secreto que desea olvidar. En general este Slughorn es bastante disfrutable de ver, mientras que en el libro el personaje se puede hacer bastante pesado.

El mayor peso lo llevan los actores ya conocidos, que llegan a cotas excelentes en esta película, tras ya más de media década de experiencia; debo destacar en primer lugar a Daniel, que para mí hace un trabajo excelente (aunque él opina que es su peor actuación de la saga).

Si habéis seguido mis reseñas del libro, habréis notado que menciono muchas veces que Harry está distraído; las circunstancias requieren de responsabilidad por su parte, y en vez de eso se desvía por cualquier cosa que le llame la atención, ya sea el libro de Pociones, Ginny o Malfoy. Aquí está centrado en todas esas cosas y en sus clases con Dumbledore, y en todo momento dedica su atención a lo que está haciendo. El Harry de los libros solo parece maduro en comparación con la riña absurda de Ron y Hermione; aquí está muy por encima en madurez.

Mención aparte merece la escena del Felix Felicis, que es espectacularmente divertida. De lo mejor de Daniel como Harry.

Por su parte, Rupert y Emma varían un poco a sus personajes, casi invirtiendo el papel que tenían en las anteriores películas. Ron tiene varias tramas propias y se aleja de su papel de alivio cómico, haciendo que el personaje evolucione y madure, mientras que Hermione parece sufrir una regresión necesaria, actuando de la manera habitual pero demostrando vulnerabilidad y momentos de debilidad moral más visibles que en el libro. Desde un punto de vista global de la saga, ambos salen beneficiados respecto a anteriores películas.

No podemos dejar de hablar de Draco. Tom Felton se aleja del mimado personaje de las anteriores películas e interpreta a un chico afectado por la situación que está viviendo, pero que no está tan lejos de quien era antes y termina abrumado por las circunstancias. Los gestos de Tom en las escenas en las que Draco alcanza su límite y se derrumba son magníficos.

En cuanto a los adultos, Alan Rickman hace un trabajo excelente con Snape; su dolor interno es palpable en el último acto de la peli. Sin embargo, no sale demasiado en esta película, así que el personaje que no tiene tanto peso como debería. No perdono que no haya ninguna escena de él dando Defensa contra las Artes Oscuras.

Por su parte, no quedé muy satisfecho con Michael Gambon esta vez. El Dumbledore de esta película no parece muy decidido, está como deprimido en su resignación por su destino, con apenas escenas humorísticas que saquen lo mejor de Gambon. Dumbledore debe estar serio aquí, pero su actuación me dejó un poco frío, sobre todo en la torre. La excepción es la escena de la cueva; ahí su actuación es increíble.

Cosas que me han gustado:
  • Muy acertada la mención de Regulus; también está en el libro, pero aquí se le da más importancia y ayuda para la siguiente película.
  • La tienda de bromas de Fred y George es una maravilla; no dejo de asombrarme del trabajo que emplean en crear escenarios con todo lujo de detalles para unos pocos minutos de metraje. La escena merece pausas cada poco para apreciarlo todo.
  • La escena del Juramento Inquebrantable es estupenda; Snape y Bellatrix juegan muy bien el uno contra la otra.
  • El Tom Ryddle niño da mucho mucho miedo, más que en los libros; todo lo que podría quedar ambiguo en ellos aquí queda más que patente. Está interpretado por Hero Fiennes Tiffin, el sobrino de Ralph Fiennes, que interpreta al Voldemort adulto.
  • Hablando de miedo, la escena de la maldición de Katie pone los pelos de punta.
  • Como ya he comentado, la escena del Felix Felicis es la bomba, llena de frases inolvidables.
Cosas que no me han gustado:
  • Siguen con la manía de hacer que los chicos usen magia fuera de la escuela, y no me gusta nada.
  • Echo en falta la capa invisible en escenas como la del callejón Knockturn, y especialmente en la torre. La parte en la que Snape ve a Harry al subir y le pide en silencio que no haga nada me hace llevarme las manos a la cabeza.
  • El ataque a la Madriguera es tan gratuito que no entiendo a qué venía. 
  • Los recuerdos que Dumbledore le enseña a Harry acaban reducidos a dos, con lo que mucha de la información relativa a los horrocruxes de Voldemort no se explica en esta película. Por ejemplo cuenta que el anillo es un horrocrux, pero no dice dónde estaba ni cómo lo encontró.
  • Han quitado la lucha entre la Orden y los mortífagos en Hogwarts y la trampa a Dumbledore, con lo que inexplicablemente Draco sabe que el director está en la torre cuando este acaba de llegar.
No he hablado mucho de la trama romántica porque no me ha llamado mucho la atención. Han quitado bastante hierro a la rama Ron/Hermione, de lo cual me alegro, pero la trama Harry/Ginny me parece demasiado obvia y patente, poco discreta.

En resumen, la película es muy divertida cuando tiene que serlo y triste y melancólica cuando tiene que serlo, así que en general termina siendo bastante sólida por sí misma, y se deja ver perfectamente. Los actores han madurado mucho en sus roles.

Esta semana publicaré un nuevo texto de Pottermore, y el lunes empezaremos con Las Reliquias de la Muerte. ¡Estad atentos!

lunes, 9 de julio de 2018

Capítulo 30: El sepulcro blanco

En el último capítulo de Harry Potter y el misterio del príncipe, todos asisten al funeral de Dumbledore, mientras que Harry decide lo que debe hacer a partir de ahora.

¿Cómo se puede seguir tras perder a un ser querido? Es bastante egoísta reconocerlo, pero en los días siguientes a la muerte de alguien cercano es fácil que se te pase por la cabeza más de una vez qué será de tu vida ahora. El tiempo se ha detenido para él o ella, pero no lo hará por ti ni por nadie vivo, y la vida tendrá que cambiar a la fuerza, como el agua que rellena un hueco en el que antes había otra cosa, con el resultado de que parece haber menos que antes.

Harry se plantea esta cuestión a lo largo de este capítulo; no le cabe duda de que Dumbledore le mostró el pasado de Voldemort y le enseñó sobre los horrocruxes para que continuara con la misión. Tiene toda la razón, y sin duda se aseguró de que Harry supiera lo que fuera necesario. Eso no le hace estar preparado, claro. Nadie puede estar completamente preparado para algo semejante.

En esto piensa mientras asiste al funeral de Dumbledore, que como era de esperar es de lo más emotivo y está abarrotado de asistentes. El director tuvo una larga y pública vida, con lo que es normal que grandes personalidades quieran darle un último adiós. Harry se pregunta si alguna de todas aquellas personas importantes siente de verdad la pérdida del director, pero yo estoy bastante seguro de que la amplia mayoría respetaba a Dumbledore y quiere reflejarlo de alguna manera. No se trata de quién está más afectado, sino de estar junto a la persona que nos ha dejado.

Una vez terminado el funeral Harry reúne el valor para decirle a Ginny que tienen que romper, porque teme que Voldemort vaya a por ella si descubre que están saliendo. Su lógica es sólida, y dice mucho de la chica que haya llegado a la misma conclusión y haya esperado a que su novio hablara, porque es su decisión; le deja claro que ella está dispuesta a estar con él pase lo que pase, pero acepta su resolución y le deja ir, al menos por el momento.

Harry está decidido a continuar solo, y su breve conversación con Scrimgeour deja eso claro, mejor solo que mal acompañado, y el Ministerio ha demostrado ser una mala compañía. Muy diferentes son Ron y Hermione, por supuesto.

Los dos amigos también habrán estado hablando, y conociendo a Harry mejor de lo que le conocemos nosotros, saben lo que va a decir y le cortan nada más empezar: ellos van a acompañarle. Después de todo lo que han pasado él no va a dejarles atrás, y seamos sinceros, sin ellos no duraría ni un mes.

Puede que el futuro sea incierto, pero tener amigos en los que apoyarte te hace afrontarlo con más fuerza.

La semana que viene no habrá reseña; proseguiremos el lunes 30 con la reseña de la película de El misterio del príncipe.

¡Qué poco queda ya!

Observaciones y curiosidades:
  • En el original no se hace mención a que Hagrid esté llorando cuando recibe a Maxime.
  • En el original, cuando Harry habla de ir al Valle de Godric y visitar la tumba de sus padres, dice que es algo que le gustaría hacer.

jueves, 5 de julio de 2018

Retratos de Hogwarts

El texto de Pottermore de este mes trata sobre los retratos de Hogwarts, esos cuadros vivientes de hombres y mujeres ilustres que han asistido a toda la historia del castillo y han pervivido más allá de las personas a las que representan. Veamos qué nos cuenta Rowling:

"Los retratos de Hogwarts son capaces de hablar y de moverse de un cuadro a otro. Se comportan como sus homólogos reales. Sin embargo, el grado con el que pueden interactuar con la gente que los mira depende no de la habilidad del pintor, sino del poder del mago o la bruja retratados.

Cuando se pinta un retrato mágico, el mago o la bruja artista naturalmente usará encantamientos para asegurarse de que pueda moverse de la forma habitual. El retrato podrá emplear algunas de las frases favoritas de la persona real e imitar su carácter en general. Así, el retrato de sir Cadogan siempre está desafiando a la gente a luchar, cayéndose de su caballo y comportándose de manera bastante poco equilibrada, tal y como le parecía el verdadero hombre al pobre mago que tuvo que pintarle, mientras que el retrato de la Dama Gorda sigue manteniendo su amor por la buena comida y bebida y por la seguridad de primera mucho después de que su modelo vivo muriera.

Sin embargo, ninguno de estos retratos sería capaz de tener una discusión particularmente profunda sobre aspectos más complejos de sus vidas: son literal y metafóricamente planos. No son más que representaciones de personas vivas tal como las veía el artista.

Algunos retratos mágicos tienen una capacidad más considerable para interactuar con el mundo de los vivos. Tradicionalmente, los directores son retratados antes de su muerte. Una vez el retrato está terminado, el director o directora en cuestión lo mantiene bajo llave, visitándolo con frecuencia en su armario (si así lo desea) para enseñarle a actuar y comportarse exactamente como ellos, e impartiendo toda clase de recuerdos e informaciones útiles que podrán entonces compartirse a lo largo de los siglos con sus sucesores en el cargo.

La profundidad del conocimiento y la perspectiva contenidos en algunos de los retratos de los directores es desconocida salvo para el director de turno y para los pocos estudiantes que se han dado cuenta, a lo largo de los siglos, de que la aparente somnolencia de los retratos cuando los visitantes llegan al despacho no tiene por qué ser genuina."

martes, 3 de julio de 2018

Capítulo 29: El lamento del fénix

En el capítulo 29 de Harry Potter y el misterio del príncipe, nuestros protagonistas se esfuerzan por recoger los pedazos tras la tragedia.

Es complicado hacer una valoración de esto. La muerte de Dumbledore supone una pérdida incomprensible para muchos de los personajes, y sus reacciones son a cada cual más devastadora. Harry, Hagrid, McGonagall, Lupin... Todos ellos tuvieron sus propias relaciones con el director, que influyó en sus vidas de manera muy positiva, y su muerte les está afectando de manera especialmente dura.

Ginny lleva a Harry a la enfermería, donde todos están cuidando de Bill, que ha sido ferozmente atacado por Greyback. Aunque no sea igual de grave, su situación es tratada con la seriedad merecida a pesar de lo sucedido; la incertidumbre de qué efectos tendrá el ataque al no estar Greyback transformado es especialmente tensa.

Al final un gran peso en este capítulo recae sobre Lupin, que ha pasado un curso muy duro. Después de perder a otro de sus buenos amigos se sintió obligado a rechazar a Tonks cuando ella le expresó sus sentimientos por no sentirse la persona adecuada para ella, y la experiencia los ha dejado a ambos tocados. 

Tratando de alejarse de todo se infiltró en la comunidad de hombres lobo, pero no solo no consiguió convencerles de que no se unieran a Voldemort, sino que su líder, Greyback, ha atacado de forma severa a uno de sus camaradas de la Orden. Y entonces, se entera de que Dumbledore, el hombre con el que siempre pudo contar, ha muerto, y su mundo se derrumba a su alrededor.

Y, a pesar de todo, ofrece sus consejos a la familia Weasley para que pasen por esta experiencia lo mejor que puedan. Es por estas cosas por lo que Lupin es mi favorito, porque a pesar de lo desgraciada que es su vida siempre está ahí para quienes le necesitan, y por eso me agrada tanto lo que sucede a continuación.

Hago un inciso para hablar de Fleur, porque no puedo menos que aplaudirla; en medio de su horror por lo que le ha pasado a su prometido no le pasa por la cabeza en ningún momento la idea de abandonarle incluso con la posibilidad de que quede marcado de por vida, y la mera insinuación de ello por parte de Molly (que, al menos esta vez, no parecía intencionada) la lleva a la furia más absoluta.

Fleur no es tonta, y seguramente se ha estado dando cuenta de lo que piensa su futura suegra de ella, y me da que no quiso decir nada por respeto, pero todo tiene un límite. Lo más bonito de todo es que Molly se da cuenta de su error e inmediatamente se abrazan como una sola, unidas por su amor hacia Bill. Serán una gran familia.

Inspirada, Tonks hace un nuevo intento de apelar a Lupin, proclamando de nuevo su amor y sus intenciones de no querer jamás a otro hombre, entre los ánimos de todos. Lupin, una vez más, vacila, pero esta vez acabará cediendo. No le va a durar demasiado, me temo, pero quisiera que disfrutase del amor que recibe.

El capítulo finaliza con los procedimientos pertinentes tras la muerte del director; McGonagall, aunque también está afectada, cumple con su rol de directora adjunta y reúne a los jefes de las casas para valorar si Hogwarts debe seguir abierto, contando también con la opinión de Harry y Hagrid, tan cercanos a Dumbledore como ella. Al final, se decide que las clases queden suspendidas y que tras el entierro del director los alumnos regresen a sus casas.

Es la hora de despedirse.

Esta semana publicaré el texto de Pottermore de julio; irá sobre los retratos de Hogwarts, ahora que se ha añadido uno nuevo :(