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lunes, 1 de enero de 2018

Capítulo 4: Horace Slughorn

En el cuarto capítulo de Harry Potter y el misterio del príncipe, Harry ayuda a Dumbledore en su astuto plan para conseguir que Slughorn, un antiguo profesor, vuelva a Hogwarts.

Este capítulo funciona bastante bien como un microcosmos de la mentalidad de Dumbledore, de cómo prepara y ejecuta sus planes a una escala pequeña pero significativa, y cómo aprovecha las características de las personas que tienen que intervenir para alcanzar su objetivo, muchas veces sin que ellos lo sepan.

Así, Dumbledore necesita que Slughorn vuelva a Hogwarts, pero no tanto para que ocupe su antiguo cargo (que también), sino para tenerle en posición de sacarle lo que sabe de Voldemort y sus horrocruxes. Conoce a su viejo colega, y sabe que tentarle con Harry, que ahora está en la cumbre de su fama, resultará efectivo.

Slughorn, como personaje, también es muy interesante: lejos de la mentalidad de ambicionar poder por la fuerza que profesan la mayoría de Slytherin que hemos visto, él busca obtener poder de una forma distinta, mediante intermediarios, y forja alianzas basándose en conectar entre sí a aquellos en los que percibe talento y un futuro brillante, que a sus ojos puede ser aún mejor gracias a él.

Lo interesante de esto es que para Slughorn el talento innato y la capacidad para destacar en el futuro se superponen a proceder o no de una familia exitosa o de sangre pura. Aunque sí que tiene prejuicios en ese sentido, veremos que está más que encantado a incluir en su grupo exclusivo a hijos de muggles o de familias poco conocidas si cree que lo merecen, mientras que tanteará a aquellos que tengan una genealogía destacable pero los descartará si no poseen un talento propio.

Es muy difícil deshacerse de los prejuicios que uno tiene, pero dejarlos a un lado en pos de la igualdad de oportunidades en su propio interés es lo que hace de Slughorn un Slytherin diferente (véase que Harry también tiene perjuicios con los miembros de Slytherin, incluso si acaba de conocerles).

Por supuesto, Slughorn sólo busca su beneficio, sentirse importante al influir en las personas importantes del futuro, pero los alumnos a los que recluta salen beneficiados a su vez al relacionarse con otros de su talento y aprovechando los contactos de Slughorn en el Ministerio, El Profeta y otros lugares influyentes para empezar su carrera de buena manera. Todos ganan.

Después del retorno de Voldemort, Slughorn, temeroso de su antiguo alumno y avergonzado de haberle ayudado a volverse inmortal, se mantuvo oculto del mundo mágico, moviéndose de manera discreta por el mundo muggle y alejándose de sus contactos. Cuando Dumbledore aparece con Harry, probablemente después de varias cartas solicitándole su retorno, Slughorn sabe de sus intenciones, y en el fondo le gustaría volver a Hogwarts. Pero tiene miedo, claro.

Dumbledore se imagina lo que piensa, así que le deja a solas con Harry para que charlen. Inevitablemente Slughorn termina vacilando de contactos a partir de Lily, que fue una de sus favoritas, y se da cuenta de lo que ha perdido al abandonar el contacto con todo el mundo. Cuando expresa sus miedos, Harry, que no está muy convencido con la actitud del profesor retirado, le contrarresta sus argumentos, y el director reaparece en el momento justo para rematar la faena (observad cómo deja caer que Hogwarts tiene medidas de seguridad mucho más elevadas como quien no quiere la cosa). 

Al final, el director consigue su objetivo, y advierte a Harry sobre la gran posibilidad de que Slughorn intente reclutarle, para que esté alerta (también parte de su plan para conseguir la información sobre los horrocruxes de Voldemort).

Para terminar, la escena del escobero resulta de lo más emocional: Dumbledore se sincera con Harry y le felicita por llevar la muerte de Sirius con tanto aplomo, confesando que no debería tener que sentirse bien, que se le permite sentirse fatal, más aún con todo el tema de la profecía. 

A su vez, Harry declara que no quiere sentirse mal por la muerte de Sirius cuando su padrino sería el primero en sufrir viéndole así, y que la mejor forma de honrar su memoria es seguir luchando, una mentalidad muy madura y sabia.

Ahora, Harry vuelve de nuevo a la Madriguera, con la expectativa de contar a sus amigos todo sobre la profecía, y también de saber las notas de su TIMO, que repercutirán en la carrera que quiera perseguir en el futuro. Veamos cómo se da.

Ante todo, ¡Feliz 2018! Espero que hayáis tenido un buen fin de año. En los próximos días subiré la traducción de Pottermore de rigor, esta vez sobre los Cuarenta Originales, uno de los bocetos de Rowling. ¡Nos vemos!

Observaciones y curiosidades:
  • Dumbledore es muy cuidadoso en no revelar qué asignatura quiere que imparta Slughorn, jugando con la expectativa de Harry y del lector de que será Defensa contra las Artes Oscuras, como todos los años. Así además garantiza la colaboración de Harry, que podría haber sido más reacio de saber que Snape iba a ocupar ese puesto.
  • Por supuesto, el anillo que lleva Dumbledore es el de Sorvolo, antiguo horrocrux de Voldemort, causante de la herida de su otro brazo y la Piedra de la Resurrección. 
  • Slughorn frunce el ceño al ver el anillo: recordemos que Ryddle lo llevó un tiempo en Hogwarts. y lo tenía puesto cuando le preguntó por los horrocruxes, un recuerdo que Slughorn tiene bien grabado en su mente. ¿Quizá Dumbledore quería dejar claras sus intenciones?
  • Cuando Slughorn menciona que le hubiera gustado tener a Sirius y a Regulus en su casa, en el original dice que le hubiera gustado tener el pack completo, dando más pinta de coleccionista de la que ya tiene.
  • Dirk Cresswell será mencionado en Las Reliquias de la Muerte al ser un empleado del Ministerio hijo de muggles. Intentó falsificar su árbol genealógico para librarse de la persecución, pero fue descubierto por Runcorn, el empleado del que se disfrazará Harry en su infiltración del Ministerio. Pudo darse a la fuga, pero al final fue tristemente asesinado por los Carroñeros.

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