El texto de Pottermore de esta semana es sobre la historia del personaje más odiado de toda la saga, mucho más que Voldemort. Aunque realmente no quiero hablar de esta señora, creo que es el momento de saber por qué hace lo que hace ahora que va a empezar a hacerlo. Espero que os guste:
"Dolores Jane Umbridge fue la primogénita y la única hija de Orford Umbridge, un mago, y Elen Cracknell, una muggle, que también tuvieron un hijo squib. Los padres de Dolores no eran felices en su matrimonio, y Dolores los despreciaba a ambos en secreto: a Orford por su falta de ambición (nunca le ascendieron, y trabajaba en el Departamento de Mantenimiento Mágico en el Ministerio de Magia), y a su madre, Ellen, por su volubilidad, su desorden y su ascendencia muggle. Tanto Orford como su hija culpaban a Ellen por la falta de habilidad mágica del hermano de Dolores, con el resultado de que cuando la niña tuvo quince años la familia se separó en dos mitades, con Orford y Dolores quedando juntos y Ellen desapareciendo en el mundo muggle con su hijo. Dolores nunca volvió a ver a su madre ni a su hermano, nunca hablaba de ninguno de los dos, y a partir de entonces hizo creer a todos que era de sangre pura.
Una hábil bruja, Dolores entró en el Ministerio de Magia nada más terminar en Hogwarts, aceptando un trabajo de interna en la Oficina contra el Uso Indebido de la Magia. Incluso a los diecisiete años, Dolores era moralista, sádica y con prejuicios, aunque su actitud meticulosa, sus modales de sacarina hacia sus superiores, y el sigilo e impiedad con el que se apropiaba del crédito del trabajo de otros pronto le permitieron avanzar. Antes de los treinta Dolores había sido ascendida a jefa de la oficina, y sólo fue un paso pequeño desde allí a posiciones superiores en el manejo del Departamento de Ley Mágica. Para entonces, había convencido a su padre de que se retirara de manera prematura, y se aseguraba de que estuviera fuera de la vista mediante una pequeña paga. Cuando alguien le preguntaba (normalmente compañeros a los que no le caía bien) si estaba emparentada con el Umbridge que solía fregar los suelos por allí, ella sonreía con su mayor dulzura, se reía, y negaba cualquier conexión, afirmando que su difunto padre fue un distinguido miembro del Wizengamot. A las personas que le preguntaban por Orford, o sobre cualquier cosa sobre la que a Dolores no le gustara hablar, les solían pasar cosas desagradables, y aquellos que querían tenerla contenta pretendieron creerse su versión de su ascendencia.
A pesar de sus mejores esfuerzos por asegurarse los afectos de alguno de sus superiores (nunca le importó cuál podría ser, pero sabía que su propio estatus y seguridad mejorarían con un marido poderoso), Dolores nunca pudo casarse. Aunque valoraban su trabajo y ambición, aquellos que llegaban a conocerla mejor encontraban difícil que les gustara demasiado. Tras una copa de jerez dulce, Dolores siempre tendía a soltar visiones muy poco caritativas, e incluso aquellos que se consideraban anti muggles se sorprendían de algunas de las sugerencias que Dolores hacía en privado sobre el tratamiento que ella creía que se merecía la comunidad no mágica.
Según iba haciéndose mayor y más dura, y seguía avanzando dentro del Ministerio, el gusto de Dolores en los accesorios femeninos se hizo más y más pronunciado; su despacho se convirtió en un almacén de volantes y faralás, y le gustaba todo aquello relacionado con los gatos (si bien encontraba a los de verdad inconvenientemente conflictivos). Al mismo tiempo que el ministro de magia Cornelius Fudge se volvía cada vez más paranoico y ansioso en su creencia de que Albus Dumbledore tenía ambiciones de derrocarle, Dolores consiguió llegar hasta el mismo núcleo de poder, avivando la vanidad y los miedos de Fudge, y presentándose como uno de los pocos en quien podía confiar.
El nombramiento de Dolores como Suma Inquisidora en Hogwarts le dio alcance, por primera vez en su vida, para ejecutar sus prejuicios y su crueldad. Ella no disfrutó de su tiempo en la escuela, pues allí no la tuvieron en cuenta para las posiciones de responsabilidad, y se deleitaba en la ocasión de volver y ejercer su poder sobre aquellos que (según veía ella) no le dieron lo que se merecía.
Dolores tiene fobia hacia los seres que no son del todo humanos, o no lo son por completo. Su disgusto por el semigigante Hagrid, y su terror hacia los centauros revelan un terror hacia lo desconocido y lo salvaje. Es una persona inmensamente controladora, y todos los que desafían su autoridad y su visión del mundo deben, en su opinión, ser castigados. Disfruta en gran medida subyugando y humillando a otros, y excepto en sus alianzas declaradas, hay poco que la diferencie de Bellatrix Lestrange.
El tiempo de Dolores en Hogwarts acabó en desastre, porque se extralimitó en la jurisdicción que Fudge le había concedido, y se salió fuera de los límites de su propia autoridad, llevada por un sentido fanático de propósito. Afectada pero no arrepentida tras un final catastrófico a su carrera en Hogwarts, volvió a un Ministerio llevado al caos por el retorno de lord Voldemort.
En el cambio de régimen tras la dimisión forzosa de Fudge, Dolores pudo volver a su antigua posición en el Ministerio. El nuevo ministro, Rufus Scrimgeour, tenía problemas más inmediatos con los que tratar que Dolores Umbridge. Fue castigado después por este descuido, porque el hecho de que el Ministerio nunca castigara a Dolores por su muchos abusos de poder le parecieron a Harry Potter prueba suficiente de su complacencia y falta de cuidado. Harry consideró que el que Dolores siguiera trabajando, sin repercusiones por su comportamiento en Hogwarts, era una señal de la corrupción esencial del Ministerio, y se negó a cooperar con el nuevo ministro por ello (Dolores es la única persona, además de lord Voldemort, en dejar en Harry una cicatriz física permanente, tras forzarle a cortarse las palabras "no debo decir mentiras"en el dorso de su propia mano como castigo).
En poco tiempo Dolores estaba disfrutando más que nunca de la vida en el Ministerio. Cuando la institución cayó bajo el control del ministro de paja Pius Thicknesse, y fue objeto de infiltración por parte de los seguidores del Señor Oscuro, Dolores se encontraba al fin en su elemento. Los mortífagos de alto rango la juzgaron correctamente como mucho más semejante a ellos que a Albus Dumbledore, y no sólo mantuvo su puesto, sino que obtuvo mayor autoridad, convirtiéndose en la jefa de la Comisión de Registro de Hijos de Muggles, que a todos los efectos era un tribunal de pega que encerraba a todos los hijos de muggles bajo el pretexto de que habían "robado" sus varitas y su magia.
Fue mientras juzgaba a otra mujer inocente cuando Harry Potter atacó al fin a Dolores en el mismo corazón del Ministerio de Magia, y le robó el horrocrux que había estado llevando sin saberlo.
Con la caída de lord Voldemort, Dolores Umbridge fue juzgada por su entusiasta cooperación con su régimen, y acusada y sentenciada por la tortura, encierro y muerte de varias personas (algunos de los hijos de muggle inocentes a los que ella sentenció a Azkaban no sobrevivieron a la experiencia)."
Pensamientos de J.K. Rowling
"Hace tiempo, tomé clases en cierta habilidad o asignatura (estoy siendo lo más vaga posible, por razones que van a ser evidentes enseguida), y al hacerlo, entré en contacto con una profesora o instructora a la que detesté de inmediato nada más verla.
La mujer en cuestión me devolvió mi antipatía con intereses. El por qué nos pusimos tan en contra la una hacia la otra tan al instante, con el corazón y (al menos en mi caso) tan irracionalmente, sinceramente no sabría decirlo. Lo que se quedó en mi mente fue su gusto pronunciado por los accesorios cursis. Recuerdo en particular un lacito de plástico de color limón pálido que solía llevar en su pelo corto y rizado. Solía mirar a aquel lazo, que hubiera sido más apropiado en una niña de tres años, como si fuera algún tipo de repelente para el crecimiento. Era una mujer baja pero fornida, y no en el primer sonrojo de la juventud, y su tendencia a llevar volantes donde (me parecía a mí) los volantes no tenían sentido de ser, y bolsos muy pequeños, que también parecían prestados del ropero de una niña, chocaban, según creía, con una personalidad que resultó ser lo contrario de dulce, inocente e ingenua.
Siempre soy un poco reticente cuando hablo de este tipo de fuentes de inspiración, porque enfurece oír que te han malinterpretado de maneras que pueden causar mucho daño a otras personas. Esta mujer NO fue "la verdadera Dolores Umbridge". No se parecía a un sapo, nunca fue sádica ni mala conmigo ni con nadie más, y nunca la oí expresar ninguna visión en común con Umbridge (ciertamente, nunca la conocí tanto como para saber mucho sobre su visión del mundo ni sus preferencias, lo que hace aún menos justificable mi disgusto hacia ella). Sin embargo, es cierto que tomé prestado de ella, aunque muy exagerados, su gusto por la vestimenta dulce y femenina hasta lo enfermizo, y estaba pensando en ese lacito de color limón pálido cuando escribí sobre ese ornamento parecido a una mosca en la cabeza de Dolores Umbridge.
He notado más de una vez en la vida que el gusto por lo inefablemente cursi puede ir mano a mano con una visión cruel del mundo. Una vez compartí oficina con una mujer que había recubierto la pared tras su mesa con fotos de gatitos monos; fue la proponente de la pena de muerte más intolerante y rencorosa con la que he tenido la mala suerte de compartir una tetera. Un amor por todas las cosas azucaradas a menudo se presenta donde falta una caridad o calidez auténticas.
Así que Dolores, que es uno de los personajes por el que siento un odio más puro, se convirtió en un amalgama de características sacadas de ellos, y una variedad de fuentes. Su deseo de controlar, castigar e infligir dolor, todo en el nombre de la ley y el orden, son, creo, tan reprobables como la maldad manifiesta de lord Voldemort.
El nombre y apellidos de Umbridge fueron escogidos cuidadosamente. Dolores significa lamento, algo que sin duda inflige en aquellos que la rodean. Umbridge es un juego con
umbrage de la expresión británica
to take umbrage, que significa ofenderse. Dolores se ofende por cualquier desafío a su limitada visión del mundo; siento que su apellido recalca lo caprichoso y rígido de su personaje. Es más difícil explicar el Jane; es simplemente que parece petulante y pulcro entre el nombre y el apellido".