Una vez absuelto, Harry se ha quitado un gran peso de encima, y Arthur decide llevarle enseguida al cuartel para celebrarlo con todos. Un muy incómodo encontronazo con Lucius Malfoy estropea un poco el ambiente, pero en general todo es alegría.
No dura mucho. Sirius, que en alguna parte de sí mismo esperaba que Harry fuera expulsado para poder estar juntos, tiene que hacerse a la idea de que él y los demás volverán a Hogwarts, dejándole solo salvo alguna visita ocasional. Es normal que se ponga taciturno.
Harry comprende a su padrino, pero está deseando volver a Hogwarts y le cuesta disimularlo, tanto como le cuesta disimular su envidia con el tema de los prefectos. Lo cierto es que yo tampoco pensé en que podrían elegir como prefecto a alguien del grupo, si acaso a Hermione. Que elijan a Ron frente a Harry le da al eterno segundón una pequeña victoria sobre su amigo, que normalmente destaca sobre él, y es normal que después de su sorpresa se suba un poco a la parra. No hay que tenérselo muy en cuenta, no le pasa mucho.
Por su parte, es admirable por parte de Harry superar su modo "yo he hecho más cosas que vosotros" y felicite sinceramente a su amigo, aunque se note que le cuesta y mucho. Es realista y dice mucho de él.
En la fiesta de por la noche hay varios momentos interesantes, como los escarceos en el mercado negro de Fred y George que preocupan a Harry, pero es la foto de la anterior Orden del Fénix lo que llama más la atención para mí.
Aparte del interés informativo, lo cierto es que esa foto representa los peligros a los que se están enfrentando; se están jugando la vida en el sentido más literal de la palabra, y así como aquella vez una parte no sobrevivió, es de esperar que esta vez vuelva a pasar, y no es un pensamiento alentador para Harry.
Molly piensa lo mismo. Ni ella ni Arthur participaron en la anterior guerra, pero sus hermanos sí lo hicieron y murieron los dos, y ahora sus hijos más mayores están en la línea de fuego. Está haciendo lo posible por protegerlos a todos, y por eso no le gusta la actitud de Sirius ni la de Mundungus. Está sometida a mucho estrés, y al final se derrumba frente al boggart.
Afortunadamente Sirius y otros llegan a calmarla, pero sabiendo lo que va a suceder en el futuro es difícil tomar en cuenta las palabras de Lupin. Así es la vida. En todo caso, y esto es lo que deduce sabiamente Harry, los problemas de envidia o dinero no son nada cuando tu vida puede tener fecha de caducidad, y saberlo te permite centrarte en lo que es realmente importante.
Observaciones y curiosidades:
- Que Lucius estuviera esperando en la puerta del Departamento de Misterios es de lo más intrigante. Más adelante Harry deducirá que probablemente aprovechó aquel momento para lanzar la maldición imperius contra Sturgis, que estaría allí apostado en aquel momento, y por eso desapareció, como menciona Moody.
- Asimismo, que Arthur mire de nuevo la puerta al marcharse y su interés en informar de la presencia de Lucius indica que lo que le contó a Harry sólo era verdad en parte, y lo importante era dónde estaba.
- La cicatriz de Harry reacciona un par de veces en este capítulo, y podría deberse a la emoción de Voldemort por tener a un miembro de la Orden bajo su control.
- El que las listas de libros no lleguen hasta el último día se debe a que Dumbledore no encontró ningún profesor de Defensa, y esperó hasta el último momento hasta tener que acceder a que el Ministerio colocara a alguien. Prefiero no pensar en cómo se tuvo que poner el Callejón Diagon ese día.
- Se supone que nadie sabe cuál es la verdadera forma de un boggart, pero Moody tuvo que verlo en este capítulo con su ojo mágico. Hay muchas teorías sobre esto.
- Por si tenéis curiosidad, la casa de Tonks en Hogwarts fue Hufflepuff. Aquí hablan del jefe de la casa en masculino porque en inglés usan el neutro, y entonces no se sabía de qué casa se estaba hablando.
- El knarl es una criatura mágica parecida a un erizo, pero más agresiva.
- Gideon y Fabian Prewett eran los hermanos de Molly.
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