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lunes, 19 de diciembre de 2016

Capítulo 32: hueso, carne y sangre

En el capítulo 32 de Harry Potter y el Cáliz de Fuego, el plan de Voldemort llega a su conclusión, el retorno del señor tenebroso, sin que Harry pueda hacer nada por evitarlo.

Este capítulo es corto, aunque intenso, y se beneficia más de una primera lectura que de las siguientes. El lector que vea primero este capítulo se horrorizará ante la muerte rápida y brutal de Cedric, comprenderá lo que estaba planeando realmente Voldemort con el Torneo de los Tres Magos, y se asqueará ante la mano cortada y la tumba saqueada, por no hablar del aspecto de Voldemort antes de la poción, y sentirá emociones indescriptibles ante su retorno.

Leído por segunda vez, o tercera o las veces que sean (este capítulo lo leí por primera vez en 2001, si no recuerdo mal. Desde entonces quién sabe cuántas veces habrán sido), se queda un poco atrás en sensaciones. El interés principal de releer Harry Potter es descubrir aspectos que se hayan pasado por alto en anteriores lecturas. Siempre hay algo, pero en este capítulo no.

Según lo leía me daba cuenta de que ya había hablado de todo lo que pasa en este capítulo durante los anteriores: del plan de Voldemort, de sus intenciones con Harry, de su aspecto previo a su restauración, del padre de Voldemort y de la mano de Colagusano, que tenía límite de tiempo. De hecho, en este capítulo no voy a hacer una sección de curiosidades, lo cual es toda una novedad; hasta con los Dursley sacaba algo.

Quizás aquello de lo que se podría hablar más es de la muerte de Cedric: cómo, por querer ser justo y una buena persona, Harry sin saberlo condenó a su amigo a su muerte; cómo, en el gran plano de las cosas, Cedric no era nadie para Voldemort y su plan y murió simplemente para que no se metiera en medio.

Lo peor quizá de la muerte de Cedric es que no es importante. En ficción, la muerte de un personaje protagonista o secundario se trata a menudo con grandilocuencia, como una despedida en volandas del personaje, con unas últimas palabras memorables, y quizá un sacrificio noble o una muerte valiente. Aquí no. Aquí Cedric muere por estar donde no debía, sin grandes sacrificios ni discursos previos, simplemente muere de repente y sin mayor aplomo, para inmediatamente después pasar a otra cosa.

Harry será más que consciente de que el único motivo por el que no le pasó lo mismo a él fue que Voldemort quería su sangre, y después que quería demostrar su superioridad frente a sus mortífagos, acto que, junto a un golpe de suerte, permitió a Harry salir con vida. Al final, el valor y la capacidad pueden importar muy poco frente a la muerte, y es necesario tener en cuenta que, por mucho que queramos prepararnos, todo puede acabarse en cualquier momento.

Por hablar de algo más alegre, al fin he visto Animales fantásticos y dónde encontrarlos, así que en los próximos días subiré una reseña sobre mis impresiones de la película. También subiré información sobre algo que he descubierto esta semana relacionado con el universo Potter, así que estad atentos. ¡Nos vemos!

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