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lunes, 29 de junio de 2015

Capítulo 17: El hombre con dos caras

Era Quirrell.

Con estas dos palabras Rowling marca un antes y un después en la saga, porque lo que parecía una simple historia del bien contra el mal se vuelve un asunto mucho más complicado, y los personajes resultan ser más profundos de lo que uno esperaba.

Snape, el personaje de aspecto claramente malvado y que se comporta como un cabrón hacia los héroes es de los buenos, aunque no por ello deja de ser un cabrón. Mientras tanto Quirrell, la pobre víctima que se ha visto involucrado en los acontecimientos y trata de hacer un esfuerzo valiente pero inútil, resulta ser quien lo ha planeado todo, y además estaba aprovechándose de la mala fama de Snape.

La escena en la que Quirrell revela su verdadero papel en los acontecimientos es muy interesante; Rowling tiene la costumbre de atar todos los cabos sueltos al final de cada libro, pero aquí, siendo la primera vez, resulta fresco e integrado en la narrativa. Cuando Voldemort se revela y el lector descubre la dualidad real y metafórica del título del capítulo es espectacular, da escalofríos.

La forma en la que Harry derrota a Quirrell es un poco conveniente, pero se perdona porque el poder del amor es importante en esta saga, y tampoco es que Harry sea un experto en la magia ahora mismo, así que algo se tenía que hacer; me alegra que Dumbledore interviniera al final, porque Harry ya no podía más con su vida (no estoy muy conforme con la versión de la película de esa escena).

La parte que me gusta llamar "Dumbledore lo explica todo" tampoco se hace pesada en este libro; al fin y al cabo, es Harry el que está preguntando, y sus preguntas son también las que el lector quiere ver respondidas, aparte de ser un momento bastante emotivo y bien salpicado de las grandes frases de Dumbledore.

Voy a tomarme un momento para hablar de la escena con Hagrid, porque he estado bastante enfadado con él en las últimas reseñas. Verle tan arrepentido y triste me ha hecho perdonárselo todo, y el álbum de fotos que le regala a Harry ha sido la guinda. No cambies nunca, Hagrid.

Después tenemos la escena del banquete de final de curso (madre mía, en este capítulo pasan muchas cosas). Los puntos que nuestro cuarteto recibe por sus hazañas no solo les permiten resarcirse de los problemas causados antes, sino que son una digna recompensa para las cualidades que los cuatro han demostrado en este libro, y que no harán más que mejorar más adelante. Sobre todo quiero llamar la atención hacia Neville; Dumbledore sabe bien lo difícil que es hacer frente a un amigo cuando sabes que no está haciendo lo correcto, así que es muy bonito que le de a él los puntos clave para la victoria. Un poco cursi todo y bastante conveniente, pero muy emotivo.

Y así, casi en un suspiro, llegamos al final del curso y de la novela. Para cuando queremos darnos cuenta ya estamos de vuelta en King´s Cross y Harry vuelve a su asquerosa vida con los Dursley. Pero todo ha cambiado: ahora tiene un lugar al que volver, tiene amigos, y, al igual que nosotros, la certeza de que le quedan más aventuras por vivir. Esto solo acaba de empezar.

Observaciones y curiosidades:
  • En el original Quirrell deja claro que intentó matar a Harry en el partido porque creyó que le había visto ir al pasillo del tercer piso en Halloween. En la traducción me parece que no queda demasiado claro.
  • En el original, Quirrell no dice que los profesores estuvieran buscando a Harry en Halloween, sino al trol. Tiene más sentido.
  • En la traducción Quirrell dice que Snape hizo algo para que el trol no pudiera matar a Harry; en el original simplemente dice que el trol no fue capaz de matarle, y no menciona que Snape tuviera nada que ver.
  • La frase sobre el bien y el mal de Quirrell fue utilizada por varias asociaciones cristianas para apoyar sus afirmaciones de que los libros inducen al satanismo. Por lo visto, no importa que sea el villano quien diga esa frase.
  • Voldemort usa la legeremancia para saber que Harry miente sobre lo que ha visto en el espejo y dónde tiene la Piedra.
  • La razón por la que Voldemort intentó matar a Harry, la profecía, será muy importante más adelante. Dumbledore dirá después que se alegró de tener la excusa de la edad para no tener que contárselo todavía cuando Harry le preguntó, porque no quería decírselo.
  • La historia del padre de Harry y Snape queda contada aquí muy por encima. Dumbledore se deja deliberadamente detalles importantes como que el amigo de James, Sirius, fue quien puso a Snape en peligro para empezar, entre otras cosas.
  • Harry usará el álbum de fotos que Harry le regala para buscar a Sirius en las fotos de la boda de sus padres al descubrir que era su amigo. Lo revisa también en otras ocasiones menos relevantes.
Ojo, que aún no hemos terminado con La Piedra Filosofal; el próximo lunes habrá una reseña de la película, y el siguiente ya comenzaremos con La cámara secreta. ¡No os lo perdáis!

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