Leyendo este capítulo, no he podido evitar acordarme de mi primer día en la universidad. La diferencia de edad es amplia, pero mi experiencia de salir de lo que había sido mi vida hasta entonces y entrar en todo un universo nuevo es similar. Es un día que difícilmente olvidaré.
Por eso puedo sentirme identificado con los sentimientos de Harry en este capítulo. Está emocionado por lo que va a venir, pero a la vez está nervioso y asustado por si no da la talla, pues no conoce casi nada de lo que sus compañeros ya darán por sabido. En esas circunstancias, es normal que se aferre al primero que le presta atención, y por suerte esos son los Weasley.
Me encantan los Weasley. Son ese tipo de familia con la que da gusto estar porque siempre tienen sitio para uno más, y con ellos te sientes como en casa. Especialmente Harry y Ron conectan enseguida, porque los dos se sienten inseguros de sí mismos y ambos tienen la experiencia para comprender al otro y también para complementarse entre ellos. Es una gozada ver cómo, casi sin darse cuenta, los dos se ayudan con sus inseguridades y hacen que el otro se sienta mejor consigo mismo. Esas son las amistades que importan.
En este capítulo nos presentan del todo a Malfoy, situándolo definitivamente como el antagonista de Harry y Ron y haciéndolo aún más detestable que lo que antes se podía intuir. Me encanta como cree que puede atraer a Harry a su lado después de insultar a las personas que le caen bien. Es tan estúpido que resulta casi adorable.
Ah, y también se nos presentan a Hermione y a Neville, pero no quiero hablar de ellos ahora, lo dejo para otra reseña. ¡La semana que viene comienza el curso en Hogwarts! ¡Nos vemos!
Observaciones y curiosidades:
- He evitado a propósito hablar de los Dursley en esta reseña, pero quiero recordar que Petunia ya ha estado antes en el andén 9 y 3/4. Es importante saber eso.
- En la traducción las rastas de Lee Jordan se convierten en pelos tiesos.
- La traducción describe la insignia de prefecto de Percy como plateada, pero en el original es roja y dorada, los colores de Gryffindor.
- La información del cromo de Dumbledore servirá más adelante en este libro para saber quién es Nicolás Flamel y en Las Reliquias de la Muerte para saber sobre Grindelwald.
- Como soy un friki, comentaré la identidad de los personajes de los cromos de las ranas de chocolate. Ramón Lull fue un filósofo mallorquí a quien se atribuye la creación de la Rosa de los Vientos; Paracelso y Agrippa fueron alquimistas, igual que Flamel.
- En realidad, Ramón Lull y el rey Salomón son introducidos en la traducción en lugar de los personajes originales Hengist de Woodcroft (el fundador de Hogsmeade) y Alberic Grunnion (el creador de la bomba fétida).
- La gragea con sabor a duende que George afirma haber comido en el original tiene sabor a mocos (en la película lo tradujeron bien).
- Me pregunto si el padre de Goyle llegó a enterarse de lo que Peter le hizo a su hijo. Sería algo divertido de ver.
- A veces me preguntan por qué los magos usan un medio de transporte muggle para ir a Hogwarts si tienen otros mejores. Según Pottermore, antaño cada familia viajaba a Hogwarts de manera independiente, hasta que se instauró el Estatuto del Secreto y se creyó que era mejor regular el viaje por seguridad. Intentaron establecer trasladores pero no funcionó (retrasos, mareos, etc.), y los polvos flu se consideraron poco seguros, así que al final se aprobó la idea del Expreso de Hogwarts.
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