Bueno, como dictan las leyes de la lógica, estos análisis han de comenzar con el primer libro de la saga, La Piedra Filosofal, y con el primer capítulo de este (al menos siempre que no aparezca alguna precuela de la nada. Cualquiera sabe).
La Piedra Filosofal
es el primer libro de la heptalogía de Harry Potter, y como tal,
tiene una función de presentación de los personajes y del universo
de la saga. Ante los ojos curiosos y sorprendidos de Harry, para
quien todo esto es nuevo, el mundo mágico se aparece ante el lector con una
sencillez sorprendente. Elementos que los lectores conocemos de la historia o
la mitología son reales y parte de la vida cotidiana de los magos,
aunque hay muchos elementos que no tienen representación en las
mitologías y que Rowling aúna a las leyendas de una forma estupenda, creando un
universo cohesionado y realista a su manera.
El primer capítulo es esencial para
toda la saga: se nos presentan ya a algunos de los personajes
principales y se establece tanto la dualidad del universo normal y el
mágico como la historia general de la serie: el malvado mago lord
Voldemort ha sido derrotado misteriosamente al intentar matar al pequeño Harry
Potter, dejándolo marcado con una cicatriz en forma de rayo y huérfano de padre y madre, requiriendo que tenga que quedarse y crecer con sus tíos, ajeno
al mundo mágico al que pertenece.
La historia comienza el día siguiente a la derrota de Voldemort, aunque, irónicamente, uno de los días
más importantes para el mundo mágico los lectores lo vivimos desde
el punto de vista de Vernon Dursley, el marido de Petunia, la tía materna de Harry, y para ellos es un día normal, o casi. Los Dursley son
personajes que se presentan desde el principio como excesivamente
normales y mediocres, hasta el punto del aburrimiento total. No es
que no les interesen las cosas extrañas, es que las detestan
completamente. Son el mayor contrapunto al mundo que vamos a visitar.
El día de Vernon está salpicado de
elementos extraños: un gato que se comporta de manera fuera de lo normal,
gente con túnicas y capas por la calle, y rumores sobre los Potter que dejan a Vernon receloso por sus cuñados, de los que sabe muy poco. Su actitud denota ya su intolerancia; no
le preocupa realmente que los Potter estén haciendo algo extraño o secreto o que puedan estar en peligro, sino lo que sus actos puedan depararles a los Dursley por estar
emparentados con ellos.
Puede que la historia comience desde el
punto de vista de Vernon, pero no nos engañemos: los Dursley no van a ser los protagonistas de la historia, ni tampoco personajes
principales; Rowling no engaña en ningún momento y consigue que nos parezcan tan odiosos que lo único que queremos es alejarnos de su punto de vista para entender lo que está
pasando en realidad, deseo que se cumple en la segunda parte del capítulo.
De noche, cuando la gente corriente ya
duerme, es cuando aparecen los verdaderos personajes principales de
la historia: los magos. La noche es su terreno, lo misterioso y lo
secreto cobran mayor efecto al abrigo de la oscuridad. De hecho, lo primero que
hace Dumbledore al aparecer es crear aún más oscuridad, para
ocultar los sucesos que van a tener lugar allí.
Tanto Dumbledore como McGonagall, y
después Hagrid, no tienen nada que ver con los Dursley, dejando
entrever el universo que empieza a abrirse, y sus actos y palabras
denotan la verdadera importancia de los hechos ocurridos durante el día. Ya desde aquí podemos apreciar que Dumbledore es sabio
pero extraño incluso entre los magos, que McGonagall es severa pero
justa, y que Hagrid parece feroz pero tiene un gran corazón.
Pequeñas pinceladas que ayudan al lector a conocer a estos personajes
antes de que sean presentados oficialmente ante Harry.
La despedida de Harry en Privet Drive
es un momento duro en la saga, nada más comenzada. Representa la necesidad de que Harry
viva alejado del mundo al que pertenece, por duro que vaya a ser (y será), y al
mismo tiempo la sensación del fin de una era; la guerra contra
Voldemort ha terminado y los miembros de la Orden del Fénix se
separan para volver a su vida normal, a sabiendas de todo lo que han
perdido para llegar a aquel momento. El triste momento en el que
Harry queda apartado del mundo al que pertenece es el mismo en el que
con la alegría de todos los magos su leyenda y su nombre quedan forjados; una
triste ironía que, sin embargo, marcará para bien el carácter de
Harry y le guiará en el viaje que él y el lector acaban de
empezar.
Observaciones y curiosidades:
Aunque en la mayoría de los
libros de la saga la historia comienza en un punto de vista ajeno al
de Harry, este primero destaca por tener una perspectiva
más neutra. Cuando Vernon se queda dormido, la narración
traspasa su foco a McGonagall y Dumbledore, pero no parece seguir la
perspectiva de ninguno de los dos.
Se menciona que los muggles no
suelen ver lechuzas a plena luz del día y esa es la razón de que
les resulte tan raro ver tantas. No es difícil suponer que se deben a
todos los mensajes que los magos enviaron a sus parientes y amigos
con motivo de la caída de Voldemort.
Rowling explica en Pottermore que en Gran Bretaña se cree mala suerte ver una lechuza de día,
de ahí el malestar de los muggles. La explicación mágica es
que si hay lechuzas volando de día es porque ha pasado algo tan grave
en el mundo mágico que ha de afectar al mundo muggle.
Durante la presentación de
Dumbledore el narrador comenta que tiene la nariz torcida, como si
se la hubiera roto alguna vez. Efectivamente, tiene la nariz así por el puñetazo que le dio su hermano en el funeral de su hermana.
Los caramelos de limón que come
Dumbledore son en la versión original sorbetes de limón, dulce que
volverá después como la contraseña de su despacho en La Cámara
Secreta. Este cambio lleva a
una traducción extraña en la que Dumbledore desenvuelve dos caramelos
a la vez, mientras que en la versión original lo que hace es separar
dos sorbetes que estaban pegados.
Hagrid hace referencia a su encuentro con Sirius Black, personaje extremadamente importante en la historia; el encuentro como tal se desarrollará más en El prisionero de Azkaban. La
moto en particular no reaparecerá hasta Las Reliquias de la
Muerte, planteando la pregunta
de quién se la quedó hasta entonces.
Otra pregunta
intrigante es qué pasó con Harry entre el ataque de Voldemort y su
estancia en Privet Drive. Hagrid dice que lo sacó enseguida de
allí, así que tuvo que estar con él desde ese momento hasta la
noche siguiente, pero no está claro dónde fue ni qué estuvo haciendo
ese tiempo.
Espero que os haya gustado el análisis. ¡No os olvidéis de comentar!